Feliz encuentro, feliz partida, feliz reencuentro

El día de Reyes falleció mi padre.

Mi filósofo de bar favorito se fue apagando en noviembre, cuando el cáncer que le aquejaba empezó, cada vez más, a apoderarse de su cuerpo. Mi padre era un tío muy fuerte, prueba de ello es que aguantó estoicamente un cáncer durante casi cinco años, sin una queja, sin un llanto. Siempre con la poca sonrisa que podía tener cuando el bicho maldito se apoderó de su cara.

En Navidad supe que no le vería más. Me despedí de él con un «te quiero, papá», sabiendo que posiblemente sería lo último que oiría de mis labios. Dos días antes de morir estuve enseñándole por WhatsApp que me estaba bebiendo una cerveza, y que me la estaba tomando a su salud.

Fue la última conversación que tuvimos. Y fue tan jocosa como siempre. Genio y figura hasta la sepultura.

He llorado a mi padre todo lo que me han dado los ojos, a pesar de que, como pagana y como bruja, le siento a mi lado, le veo, y me habla. Oigo su voz con la misma claridad que cuando estaba vivo. Y aún así, nadie me va a devolver su tacto, ni voy a poder cantar de nuevo con él en esta tierra. La misma tierra que ahora le es leve, junto a un olivo en el jardín que le vio convertirse en un hombre, sano y feliz.

Mi padre no quería que le llorara, siempre me lo decía. Pero soy humana. Cuando lo hago, le digo «papá, perdóname, sé que soy mala bruja por llorarte estando tú delante». Y siempre me anima a seguir adelante, a cumplir con mis sueños, a llevar mi sonrisa por bandera.

Por eso he vuelto, a pesar de que el dolor todavía me atraviesa el alma a veces.

Es difícil aparecer en público con una sonrisa, en un canal de YouTube, y contar una anécdota para romper el hielo con la gente que hace varios meses que no me ve. Es difícil grabar podcasts, llevar una vida normal, trabajar, cuando la pérdida es tan grande.

Y aún así, la gente sigue necesitando que muchos sigamos escribiendo, podcasteando o grabando vídeos. Porque a mí me habría gustado que hubiese habido gente haciéndolo cuando empecé, en el 2001, mi andadura en Wicca.

Así que, seguimos, porque la vida sigue. Creo que en esto nos ayuda la fe: nos percatamos del ciclo, de las mareas, de cómo es la vida cuando engloba la muerte. Lloramos y seguimos.

Con la mejor de mis sonrisas. Por quienes me precedieron. Por quienes vienen detrás.

2 thoughts on “Feliz encuentro, feliz partida, feliz reencuentro

  1. Oh sentía que algo te pasaba entraba y no.leía de vos. Perdi a mi padre hace casi tres años y tb lo veo y ahora aparece menos pero sé que está lo siento. Pero a veces no basta y le lloro. Y lo escucho decirme» vamos morocha» extraño hablar del cosmo y filosofar de la vida con él . Te abrazo Noe

    1. Muchas gracias. Yo también te abrazo a ti. Es una pérdida tan grande y duele tanto, que a veces cuesta mucho hacer cualquier cosa. Pero hay que seguir. Un beso grande.

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