Mezcla de panteones en Wicca

descargaAunque este tema no tiene ya tanta relevancia, todavía hay quien me lo pregunta. Mi opinión al respecto ha cambiado mucho en los últimos 3 ó 4 años, sobre todo en lo que respecta a lo práctico. Se trata de la clásica pregunta de si en Wicca se pueden mezclar o no panteones, algo sobre lo que no he querido hablar mucho por temor a levantar ampollas o a hablar de cosas con las que no había experimentado. Pero resulta que hará un par de años tuve que experimentar con ello, así que ahora me siento con fuerzas para tratar el tema.

Creo que lo de mezclar panteones depende de la persona y la situación. Primero, depende de la tradición que se siga y depende de las creencias de uno/a. Siempre digo que aquello en lo crees condiciona tu experiencia personal y es lo que he podido experimentar a lo largo de mi vida. Cuántas veces he oído decir que no se pueden tener más que cierto número de animales totémicos, o que para salir al astral hay que tener un cordón de plata, y luego resulta que hay personas que no creen en eso y practican tan ricamente. En esto no hay mucha diferencia.

Segundo, creo que depende de la Divinidad. Hay Divinidades que se llevan bien en un ritual aunque sean de culturas diferentes. Estuve en un pequeño rito-coloquio-exposición organizado por PFI España hace un par de años en el que se invocaron a Divinidades de diferentes culturas, y no pasó nada ni nos cayó un rayo. Luego estuve en un círculo privado donde se llamaron a Divinidades de diferentes culturas, y aquí sigo, vivita y coleando. Tampoco sentí nada malo, al revés, el ritual transcurrió en una tremenda paz.

Ahora bien, no digo que todo valga. Digo que depende de lo que creas o del sentimiento que te dé. Poniendo varios ejemplos, personalmente no metería en el mismo círculo a Divinidades que me resulten opuestas o que hayan tenido según la mitología algún conflicto, ni siquiera dentro del mismo panteón, pero luego veo a personas hacer altares a los dioses olímpicos y poner juntas a Atenea, Hera y Afrodita, que se vieron envueltas en la guerra de Troya. Tampoco metería a Hécate con Cernunnos como la contrapartida masculina de la primera, como sé que hay gente que hace, porque hay dioses y diosas que se consideran completos en sí mismos y que no necesitan de un consorte, y en este caso resulta aplicable tanto a Hécate como a Cernunnos. No pondría a Brigantia con Minerva, porque tras la conquista de Britania los romanos «sometieron» a la Diosa local poniéndole los atributos y el nombre de la Diosa a la que traían desde el Imperio, que era Minerva -a la que llamaron Sulis Minerva en aquella zona. Pero éstas son consideraciones personales mías.

Lo que digo es que, puestos a mezclar, pensemos antes qué vamos a mezclar y por qué, y descartar la mezcla en caso de que choque con nuestras creencias y con el contexto de la Divinidad. Y si no sabemos cuál es el contexto de la Divinidad siempre se puede preguntar, indagar, investigar y, por supuesto, usar nuestra intuición que para algo está.

Por otro lado, me gustaría reflexionar acerca de la cantidad de veces que se han hecho mezclas en los panteones a lo largo de la Historia, como producto de un sincretismo religioso por ejemplo. Es cierto que los sincretismos tradicionalmente han estado ligados a conquistas y que la guerra tiene muy mala prensa (con razón). De todas formas, a ninguno de esos nuevos practicantes les cayó un rayo por incorporar a Divinidades de otras culturas a sus prácticas, como es el caso de Isis en la Hispania romana, por ejemplo, o de Astarté en la zona de Andalucía en la que me crié. Si le hubiera pasado algo a alguien seguramente se habría dejado de practicar el culto, y nada más lejos de la realidad: si esos cultos y costumbres han llegado hasta nosotros es porque eran populares, y la popularidad creo que sólo la justifica que la relación de ese pueblo con la Divinidad en cuestión funcionara.

Por tanto, me parece que la premisa de Plutarco sobre el amor a la Divinidad contra la superstición sigue vigente en el caso de los wiccanos de hoy. La superstición lleva al miedo hacia la Divinidad, mientras que el amor se cimenta en una relación de confianza con ese dios o diosa. Obviamente, habrá tradiciones que digan que no se puede hacer una mezcla, posición que es del todo respetable, y a día de hoy yo intento no hacerlo dentro del mismo ritual porque no me gusta (otra cosa es si tengo diferentes rituales o devociones con distintos dioses). Pero si hay que hacerlo, creo que si se hace desde una posición de confianza y cariño, no sólo hacia la Divinidad sino hacia ti mismo, no debería suceder nada.