He estado repasando cuentos populares rusos y lituanos porque me encanta la Mitología eslava, y he dado con un cuento que leía cuando era niña. Como creo que tiene un mensaje muy poderoso, me he propuesto compartirlo con vosotros, así como mi interpretación del mismo. Vosotros también podéis hacer diversas interpretaciones, puesto que tiene un gran contenido simbólico. El extracto del relato lo he sacado de Wikipedia y es más o menos como yo lo conocía.
Cuento popular ruso: Vasilisa la bella
Un comerciante tenía, de su primera esposa, una hija que era conocida como Vasilisa la bella. Cuando tenía ocho años, su madre murió. En su lecho de muerte, le dio a Vasilisa una pequeña muñeca de madera con las instrucciones de darle un poco de comer y algo para beber cuando tuviera alguna necesidad, y entonces la muñeca la ayudaría. Tan pronto como su madre murió, Vasilisa le dio un poco de beber y un poco de comer, y la muñeca la consoló.
Después de un tiempo, su padre se volvió a casar con una mujer con dos hijas. Su madrastra era muy cruel con ella, pero con la ayuda de la muñeca, Vasilisa era capaz de realizar todas las tareas que le imponía. A pesar de que algunos jóvenes intentaron cortejarla, la madrastra los rechazó a todos, ya que no era adecuado que la más joven se casara antes que sus hermanas mayores, y ninguno de los pretendientes deseaba casarse con las hermanastras de Vasilisa.
Un día, el comerciante tuvo que embarcarse en un viaje. Su esposa vendió la casa y se trasladó con todas las chicas a una choza sombría del bosque. Un día dio a cada una de las chicas una tarea y apagó todos los fuegos, excepto una sola vela. La hija mayor, a continuación, apagó dicha vela y envió a Vasilisa a buscar la luz a la choza de Baba Yaga. La muñeca le aconsejó que lo hiciera, así que se puso en camino. Mientras caminaba, un misterioso hombre cabalgó hasta ella antes del amanecer, vestido de blanco, montado en un caballo blanco con la montura completamente blanca, y más tarde hizo lo mismo un jinete vestido de rojo. Llegó a una casa que estaba apoyada sobre patas de gallina y amurallada por una valla hecha de huesos humanos. Un jinete negro, al igual que antes hicieran el jinete rojo y el blanco, pasó por delante de ella, y cayó la noche, momento el que las órbitas de los cráneos comenzaron a brillar. Vasilisa estaba demasiado asustada para huir, así que Baba Yaga la encontró cuando llegó volando en su mortero.
Baba Yaga le impuso tres tareas para ganarse el fuego, mientras que si no las cumplía, sería asesinada. Como primera tarea, Vasilisa tuvo que limpiar la casa y el jardín, cocinar la cena, y separar los granos de maíz así como las semillas de amapola de las de soja. Baba Yaga se fue, dejándola sola, y Vasilisa se desesperó al ver todo el trabajo que aún debía hacer a pesar de haberse dejado la piel. En ese momento, la muñeca le susurró que ella terminaría el trabajo mientras que la niña dormía. Al amanecer, el jinete blanco pasó de nuevo, y más tarde, a mediodía, lo haría el jinete rojo. Cuando el jinete negro pasó por delante, Baba Yaga regresó y no pudo quejarse del trabajo realizado por Vasilisa, así que ordenó a tres pares de manos sin cuerpo que prensaran el maíz para obtener su aceite, y volvió a ordenar a Vasilisa que realizara las mismas tareas para el día siguiente, con la adición de la limpieza de las semillas de amapola que habían sido mezcladas con algo de suciedad. Una vez más, la muñeca hizo todo menos cocinar la comida. Esa noche, Baba Yaga ordenó a los tres pares de manos que obtuvieran el aceite de las semillas de amapola y le preguntó a la niña si tenía algo que preguntarle.
Vasilisa entonces le preguntó sobre las identidades de los jinetes y la bruja le dijo que el blanco era el día, el rojo el sol y el negro la noche. A cambio, Baba Yaga preguntó por la causa del éxito de Vasilisa. Al escuchar la respuesta «por la bendición de mi madre», Baba Yaga envió a Vasilisa a casa con un cráneo-linterna para dar luz a su familia. Cuando Vasilisa llegó a casa de su madrastra, descubrió que, desde que la enviaran a casa de Baba Yaga, no habían sido capaces de encender ningún fuego en la casa. Incluso las lámparas y velas traídas de fuera se apagaban una vez atravesaban el umbral. Cuando Vasilisa entró portando la calavera, la luz de esta redujo a cenizas a su madrastra y a sus hermanastras. Después de esto, Vasilisa enterró el cráneo siguiendo sus instrucciones para que jamás ninguna persona se viera perjudicados por su efecto.
Este cuento ruso nos habla de hacer caso a nuestra voz interior, que está simbolizada por la muñeca. También nos habla de lo mucho que ganamos al enfrentarnos a nuestros propios miedos, al igual que Vasilisa cuando va a visitar a Baba Yaga, de la que se decía que comía personas, especialmente niños. Baba Yaga, además, no ve con buenos ojos que Vasilisa termine sus tareas y su intención principal es comérsela, pero la niña se gana su respeto al serle sincera, distanciándola de los niños entrometidos de los que, supuestamente, se alimentaba.
Vasilisa tiene, además, una labor: encontrar el fuego. Es como encontrar su propia voluntad, su propia forma de hacer las cosas y su propio destino: su propia luz, en definitiva. Hasta ese momento, la madrastra ha elegido por ella, una mujer con la que no guarda relación sanguínea alguna, que obviamente no la quiere, y Vasilisa ha agachado la cabeza y la ha escuchado. Ir a la choza de Baba Yaga es la orden de una de las hermanastras, no de la madrastra en sí, y la muñeca (la voz interior, los dones que todos tenemos) lo que le aconseja es que aproveche ese lapsus para buscar su propio camino, a pesar del miedo que pueda darle ir sola por la vida. Es un viaje de búsqueda interior, si así lo preferís, un viaje hacia la iniciación.
Las tareas que le pone Baba Yaga son principalmente domésticas y consisten en separar unas cosas de otras. Por ejemplo, semillas de amapola de granos de maíz y semillas de soja. Como las semillas de amapola son tan pequeñas, lo que la obliga a hacer Baba Yaga es a ver lo menos evidente: las cosas pequeñas y sin aparente valor, a las que después ha de limpiar para darles uso. Todas las tareas domésticas son tareas de ordenación y nutrición, de limpieza interior para poder ponerse en orden ella misma. Pero las realiza la muñeca, lo que quiere decir que, en realidad, está usando sus dones, los que la hacen especial, para realizar estas tareas «mientras duerme», lo cual se parece mucho a meditar o incluso a viajar entre mundos. Como la cabaña de Baba Yaga (y Baba Yaga por sí misma) está entre la vida y la muerte, entre el día y la noche, es un espacio liminal muy indicado para poder realizar este tipo de actos de limpieza personal.
Esto es lo que yo extraigo del cuento de Vasilisa la bella. Me parece un cuento especialmente interesante para cuando necesitamos reponer fuerzas y ordenarnos a nosotros mismos, perfecto para una luna menguante en un mes frío, como es este diciembre que hoy empieza en el Hemisferio Norte.
¿Y tú, qué extraes de este cuento? Cuéntame más, si quieres, por facebook o en los comentarios.
Ay, Harwe… Me fascinó <3 Qué hermoso cuento, y qué hermoso análisis. En verdad muchas gracias :*
Me quedaré 100% con tu análisis siempre, y sólo quisiera compartirte que por alguna razón me encantaron especialmente las figuras de los Jinetes, que nunca se detienen en el cuento, siempre cabalgan, como cumpliendo siempre con su misión y su propósito. Igual que el Tiempo. Visualizarlos así vestidos y ataviados fue lo máximo. Blanco, Rojo y Negro.
Del cuento me fascinó que Vasilisa contesta a la pregunta inquisitiva de Baba Yaga de una forma muy hermosa e inteligente, cuidándose mucho de hablar impecable y positivamente, en ningún momento dando cabida o pretexto a ninguna sospecha o reproche. "Por la bendición de mi madre".
Me pareció muy sorprendente cómo se redujeron a cenizas su madrastra y sus hermanastras, pero tu análisis es perfecto para mí en ese sentido: Cuando encontramos nuestra Voluntad, todos los miedos, las ansiedades, el sufrimiento, lo desagradable (representado por esas horribles mujeres) se disolverán. La luz de nuestra Voluntad termina con todas las tinieblas, con todos los obstáculos.
Además creo que fue como Justicia Divina muy poética: Esas mismas malvadas mujeres padecieron justamente de la falta de todo aquello que la pobre Vasilisa era obligada – explotada – a hacer para ellas.
¿Porqué la habrá enterrado y cómo es que la calavera le dictó las instrucciones?
¡¡¡Ay, excelente cuento para reflexionar sobre él por horas!!!! :* ¡Gracias!
Saludos.
Me ha encantado la lectura que has hecho y además me parece de lo más apropiada.
Bendiciones