En la entrada anterior (si no la leíste, la tienes aquí) estuvimos viendo algunos consejos para empezar a echar el Tarot. En esta ocasión quisiera centrarme en el acto de la tirada en sí misma, ya que es lo que más dudas da cuando uno está empezando.
Una de las preguntas más frecuentes es sobre el uso de barajas con cartas que se pueden poner del derecho o del revés. Personalmente, no aconsejo el uso de las cartas del revés cuando se está empezando, porque añade el doble de interpretaciones a las 78 cartas. Si cuando estamos empezando ya cuesta hacerse con el significado de 78 cartas y nos cuesta ponerlas en contexto unas con otras, añadir los reveses es añadir el doble de caos. Otra cosa es que queramos hacerlo cuando ya tenemos algo más de experiencia, pero cuando somos muy novatos nos puede bloquear bastante, porque hay cartas que del revés significan lo contrario a la carta del derecho, mientras que hay cartas que del revés significan lentitud o estancamiento, e incluso algunas que no lo cambian en absoluto, dependiendo de la situación. Una notable excepción a este consejo son los Tarots redondos (tipo Madrepaz), porque el Tarot redondo está hecho para tener tres posiciones más, aparte del derecho, y es imposible leerlo siempre del derecho (probad si queréis a barajar un Tarot redondo, vais a ver como es imposible que las cartas se queden en la posición perfecta). No obstante, mi experiencia con el Madrepaz es que no hay necesidad de aprenderse todos los significados en las cuatro posiciones que puede tomar, ya que la posición añade matices a la interpretación de la carta del derecho. Esto hace bastante fácil de interpretar cada posición, y es como si sólo le añadiera un plus de significado a la carta porque esté ladeada o boca abajo.
Sobre adivinar el futuro, yo prefiero decir que con las cartas estamos viendo las tendencias de las situaciones, pero el libre albedrío siempre existe y está en manos de la persona. Si tienes a alguien que te dice «dime mi futuro», lo mejor que puedes hacer es explicarle este hecho. A veces, saber cuáles son las tendencias de las situaciones es mejor que saber el futuro en sí, porque permite reaccionar. Intenta siempre afrontar esto en positivo para el consultante, resaltándole su capacidad para tomar las riendas de su propia vida, para que no vea el futuro como algo estanco, sino como algo flexible y moldeable según nuestros actos.
Otra pregunta habitual es qué tirada usar. Mucha gente se va a por la cruz celta porque es muy completa, pero las hay más sencillas para cuando estamos empezando. Ante todo, es mejor una tirada cortita que una muy larga, porque si no, nos podemos hacer un lío. La tirada con la que yo aprendí sirve sólo para preguntas tipo «sí» o «no», y consta de cinco cartas que forman una cruz. La primera (consultante) es a la izquierda, la segunda (lo que obstaculiza) a la derecha, la tercera arriba (lo que se quiere conseguir), la cuarta abajo (aquello con lo que contamos) y la conclusión o respuesta en medio. No tiene más. Luego hay tiradas más elaboradas, de las que te cuentan historias completas, con pasado, presente y posible futuro. Una que me enseñó mi madre y que se sacó de no sé dónde, y que siempre que la uso hay quien me dice «¡nunca había visto una tirada así!» consiste en contar cartas: se baraja y corta el mazo, y se sacan tres cartas. Luego se desechan las nueve siguientes. A continuación, se sacan otras tres, se desechan las siguientes nueve… así, hasta terminar el mazo. Al final deben sobrar tres cartas que son para el montón de desechar. Puestas en orden, las cartas deben contar la situación del consultante, y se leen en grupos de tres, de la misma manera y en el mismo orden que se han extraído. A veces, los grupos de tres cartas se interrelacionan con otros, en ocasiones el grupito está sólo relacionado consigo mismo, porque el tema es diferente al resto de la tirada. Por regla general, lo primero en salir está en o es el presente, mientras que lo que ha salido después suele estar en el futuro (salvo que alguna carta indique lo contrario). Me gusta echar las cartas de esta manera cuando me requieren un análisis más completo, y no tengo que estar pensando en posiciones como me pasaría en la cruz celta, sino que resulta parecido a una línea de tiempo. Puedes probar estas que te digo, o probar otras, pero si estás empezando intenta hacerlo fácil y sencillo para ti mismo, y no te compliques demasiado.
Finalmente, un consejo del sentido común es no inventes lo que no ves. Es muy tentador decirle a alguien que ves que se va a arreglar con su marido, cuando sabes que es lo que está esperando que tú le digas pero no lo que tú estás interpretando. No sólo no es ético, sino que es injusto para ti como cartomante. Es preferible decirle a la persona «no lo veo» o «las cartas no lo dicen, y quizá sea por alguna razón, porque dicen lo que necesitas saber», que inventarse una historia sobre una reconciliación o sobre un dinero o una herencia a percibir, por poner varios ejemplos.