Llega un compañero de trabajo, un conocido, y te pide un favor. En ese momento no puedes hacerle ese favor, o crees que no te corresponde, o consideras que tú no eres la persona que debe encargarse de eso. O, simplemente, esa persona está demasiado centrada en sí misma y pide, pide, pide, pero nunca da nada a cambio.
Y tienes que decir que no.
En nuestra comunidad, decir que no está muy mal visto, porque tenemos un gran sentido de lo que es la caridad, el servicio, etc. Pero a veces hay que decir que no, a veces hay que plantarse. Hay que ser asertivo.
La gente confunde ser asertivo con ser agresivo. Ser agresivo es imponer tu criterio sin que te importen los demás. Ser agresivo es hacer valer tus opiniones, interrumpiendo, coartando o siendo descortés hacia las personas en una conversación. Por contra, ser pasivo es callarse y no decir lo que uno piensa, lo cual lleva a una gran frustración. Luego está una postura mixta, que es ser pasivo-agresivo, que consiste en no decir lo que se piensa, pero usar el sarcasmo, la ironía, u otras formas de comunicación hiriente, con el objetivo o con la esperanza de que la otra persona tenga «su merecido». Facebook es una mina de comentarios pasivo-agresivos, de hecho, sobre todo cuando la gente vierte «indirectas» en sus muros que al final son captadas por todo el mundo, menos por la persona con la que se tiene el problema.
Ninguna de estas actitudes es beneficiosa. La mayor parte de las veces, las personas tendentes a la agresividad son evitadas por la gente. Los pasivos no son tenidos en cuenta, lo que les produce tristeza. Y las actitudes pasivo-agresivas generan mucha negatividad. Todos tenemos momentos en los que nos comportamos de alguna de estas maneras. Lo mejor para vivir en paz es adoptar un estilo de comunicación asertivo, que nos será útil, sobre todo, para decir que no.
Por mi trabajo, he tenido que aprender a decir que no. Es difícil y a veces todavía no me sale, porque yo tiendo a ser pasivo-agresiva o directamente pasiva. Así que hablé con mi jefe de esta dificultad, me recomendó que fuera a diversas formaciones y hoy en día puedo decir con orgullo que he logrado decir que no a clientes importantes, con contratos de mucho dinero de por medio, porque tenía que negociar determinados aspectos de los proyectos en los que trabajábamos. La técnica que me ha servido la quisiera compartir con vosotros, porque creo que es útil. Se descompone en las siguientes fases, cada una de las cuales se realiza tras la anterior en caso de que la persona insista:
- Se dice que no, con una razón.
- Se vuelve a repetir la negativa con otras palabras.
- Se le añade emoción a la negativa.
- Se expresa una consecuencia.
Lo importante de todo esto es utilizar frases que incluyan la primera persona del singular (yo) y que expresen una posición.
Por ejemplo, una persona viene a pedirme un favor con un proyecto personal, pero yo en ese momento estoy ocupada. Le diría:
«Lo siento, pero estoy ocupada y no puedo ayudarte».
Si la persona insiste, entonces pasaría a repetir la negativa con otras palabras:
«Verás, necesito entregar lo que estoy haciendo lo antes posible y no puedo ayudarte».
¿Que insiste? Le añadimos emoción:
«Lamento la situación por la que debes estar pasando y lo comprendo, pero estoy ya muy frustrada con lo que estoy haciendo y necesito centrarme en ello para acabarlo cuanto antes».
A estas alturas, debería haber desistido, pero hay individuos MUY persistentes. Para ellos, se puede añadir una consecuencia:
«Por favor, necesito que me dejes hacer mi trabajo. Si no lo haces, tendré que informar de esto a tu jefe/colgar el teléfono/rehusar a trabajar contigo en otros proyectos/retirar mi apoyo a otros trabajos conjuntos».
Aunque normalmente somos los individuos con tendencia a la pasividad o a ser pasivo-agresivos los que tenemos más dificultades, los tendentes a la agresividad también pueden servirse de esta técnica, pues ayuda a dominar la asertividad y mejora sustancialmente las relaciones interpersonales.
¿Qué conseguimos al decir que no de manera asertiva?
- Nos centramos más en lo que queremos conseguir
- Nos volvemos más efectivos en las relaciones interpersonales en todos los contextos (personal, profesional, a nivel de comunidad pagana…)
- Nos sentimos mejor, porque nuestra comunicación es mejor, evitando la frustración de sentirnos demasiado ocupados en proyectos ajenos
- Mejoramos nuestra calidad de vida, al centrarnos en lo que nos interesa o podemos abarcar
Un último apunte es que, además de utilizar siempre verbos de tipo «necesito», «pienso», «me parece»… nunca se deben utilizar preguntas del tipo «¿por qué no…?». Haciendo eso nos estamos involucrando en el problema del individuo, le estamos dando una solución para quedar bien. Eso ya hace que tengamos que pensar por él, y aquí se trata de que el trabajo lo haga quien tiene que hacerlo, no nosotros.
Hasta aquí, nuestro truco de este mes de «La Paz es un estado mental». Desde aquí os invitamos a usar estas técnicas durante un día. ¡Sólo uno! Podéis comentar cómo os ha ido en vuestra red social favorita mediante el hashtag #pazesunestadomental.
¡Paz!
Hace un par de años puse en practica decir no asertivamente, aunque es complejo, pues mientras implementas esta respuesta en tu mente, la dirás también en ocasiones que decir SI te pueden beneficiar, pero no importa, al final los resultados obtenidos te darán autonomía, autoestima y muchos factores que enaltecen la integridad personal. Por cierto también alejara muchas personas que tan solo buscan beneficiarse a costillas tuyas, al mismo tiempo, obtendrás una especie de capacidad de dominar a otras personas, es cierto que el conocimiento es poder, pero también es cierto que estos poderes requieren de mucha responsabilidad. Simplemente, también les recomiendo poner en practica esta actividad, de verdad se van a sentir muy muy bien.