En casa practicamos la Wicca como Religión. Mi marido empezó su camino con una laicidad (e incluso Ateísmo, si me lo permitís) impresionante, hasta que decidió que le llamaba el camino pagano, y en él está. Sin presiones. No nos gusta el proselitismo, y menos en nuestra casa. Hemos dicho muchas veces que pensamos criar a nuestros hijos sin religión, aunque no sin ética. Hoy en día hay muchísimos niños así y nadie parece decir nada al respecto.
Y digo nadie parece decir nada al respecto porque la realidad es otra. Nace un niño y entonces surgen voces inesperadas que te conminan a bautizar a tu pequeño. Algunas de esas voces incluso se enfadan si te niegas.
Las razones son muy variadas y la fauna que pide el bautismo, más.
Está la persona bienintencionada en apariencia. Estos se comportan como el hada Maléfica del cuento de la Bella Durmiente (debió ser su cuento favorito de niños). Llegan y te dicen «ay, qué niño/a más precioso/a, tienes que bautizarlo/a o entonces puede que le pase algo y Dios te lo quite». Y tú como madre o padre, es que sientes que se te ponen los pelos como escarpias, y no sabes si directamente partirle la cara a la agorera (normalmente es una señora) que te dice eso, o poner tu mejor sonrisa y hablar del tiempo. Normalmente optas por lo segundo.
Está el otro tipo de persona bienintencionada en apariencia. Es la que te dice que así te regalan muchas cosas. Contestas, entre risas y pensando en la cantidad de cosas que ya te han regalado (y que probablemente el niño o la niña no vaya a volverse a poner), que para eso haces un bautismo civil. Y te dicen «noooo, mujer/hombre, que hay que dar espectáculo, que hay que hacer ceremonia… hay un cura que…». Esto me lo hicieron una vez, para acto seguido recomendarme un buen colegio católico.
Está el peor de todos: quien no ha bautizado a sus propios hijos pero quiere que tú bautices a los tuyos. La persona que no ha pisado una misa en treinta años pero necesita que tú seas católico, apostólico y romano. ¿Por qué? Ni te preocupes en preguntártelo, nunca lo entenderías. Yo sigo sin entenderlo. Será que se arrepienten de no haber tomado la decisión. Lo cierto es que los demás no vamos a vivir por las decisiones que ellos no tomaron.
Será por esa sensación absurda de poder que da manejar a los hijos ajenos. Será por la idea peregrina de que los niños son un bien común, lo cierto es que todo el mundo se acaba metiendo en la forma en la que educas, vistes, alimentas, quieres y hasta hablas con tu bebé. En una ocasión, me dijeron que mi hija pasaba hambre. Lo gracioso es que estaba en un percentil 97 de altura y peso (de cada 100 niños, sólo 3 pesaban más que ella). Es hablar por hablar, fastidiar por fastidiar, cuestionar por cuestionar, imponer por imponer.
¿Que el Bautismo es importante en España? Indudablemente. Las encuestas dicen que la mayoría de la población es Católica. Olé por ellos, en serio, sobre todo si luego van a misa los domingos. Fui a un bautizo hace poco, el de mi sobrina, y fui a celebrarlo con la familia porque mi prima es de ir a misa los domingos, se lo toma en serio y es su religión. Me pareció precioso que me invitara a compartir ese momento tan importante con ella, su marido y su pequeña. Fue una verdadera celebración porque nadie iba impuesto, ni a disgusto, ni por convenciones sociales. No era una obligación, era un placer. Y, curiosamente, mi prima ni siquiera me preguntó por qué no bautizo a mi hija: sencillamente, me invitó porque tenía necesidad de compartir ese momento.
Pero todos los días me pregunto qué lleva a otras personas a meter tanto las narices en lo que se hace con los hijos. Me parece que es la inseguridad de haber sido infantilizados por una sociedad en la que siempre había alguien que te decía que tenía autoridad para decirte que tenías que hacer una cosa u otra.
Me parece que los paganos hemos superado eso. Ahora, podemos optar a ser los sacerdotes y sacerdotisas de nuestras vidas. Vivimos, o deberíamos vivir, un camino de empoderamiento personal e independencia de pensamiento, más acorde a los tiempos. Sin importar supuestas imposiciones sociales.