Ayer vi unas fotos preciosas, publicadas vía facebook por una fotógrafa de Brasil, que retrataba con su cámara a muchas mujeres dando de mamar. Me pareció una bonita obra de arte. Me recordó a la «Maternidad» de Picasso, con la que hoy quisiera adornar estas líneas.
Hoy en día, una mujer puede decidir si dar el pecho o no, pero antaño no. Antaño, o dabas el pecho o tu cría moría. Por tanto, la naturaleza se aseguró de que nuestros pechos funcionaran más o menos bien, porque de ello dependía que el futuro de la especie estuviera asegurado. ¡Mamá naturaleza es muy lista! Y si los pechos no funcionaban a pleno rendimiento, pues ya habría otra mamá de la tribu que daría la teta y ayudaría a la madre de la criatura a criarla sana y fuerte. Éste también era un vínculo poderoso entre mujeres.
La lactancia de los animales también era celebrada. Aunque hoy en día las personas eligen ser vegetarianas, veganas, crudiveganas, etc, esto era relativamente raro en las culturas antiguas. Por tanto, que un animal lactara de su madre simbolizaba la perpetuación de las especies que daban carne, leche o vestido. Esto era crucial para la supervivencia de los grupos humanos, especialmente cuando llegaba el invierno y no había mucho que sacar de la tierra. Sin capacidad física para cosechar, sin invernaderos, sin cámaras frigoríficas que permitieran a las personas comer verdura y fruta fuera de temporada, los aportes calóricos tenían que buscarse de otras formas. Normalmente de los animales. Esto no ha de verse como un pecado mortal por los vegetarianos, veganos y demás, es que no había otra forma de hacer las cosas. Afortunadamente, como decía antes, hoy en día tenemos otros medios y las personas podemos elegir.
Oimelc, otro de los nombres de Imbolc, significa «leche de oveja». La primavera puede que todavía quede lejos, de hecho, para eso se hace la famosa prueba del día de la marmota, para ver si viene pronto o va a tardar. Pero, si en mitad del hielo, se ve que los animales están criando, cuando todavía no se ve a las primeras plantitas brotar, significa que hay esperanza para la naturaleza. El ciclo de cría de la oveja trae buenos augurios, y más si se ve que la oveja da de comer adecuadamente al cordero, mediante la lactancia típica de cualquier mamífero. Era un gran motivo de regocijo.
Sin embargo, no veo que el festival de la lactancia y la crianza, pese a lo importantísimo que es este aspecto de Imbolc, se celebre en el Paganismo actual. Y ya no hablo de comer queso de oveja, ni de beber leche de cabra como se hacía en algunas tribus por estas fechas (y, de nuevo, no pretendo escandalizar a los veganos), tampoco de quién elige teta y quién biberón, sino en representar debidamente el rol de la maternidad y de nuestra función como mamíferos, celebrar la crianza (no sólo la lactancia materna que es lo de menos, sino todo el proceso) y reivindicar su papel crucial en el mantenimiento de la especie.
Y si tenemos un arquetipo de la «Madre», ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué pasamos por alto, escondemos, la maternidad? Me pregunté esto a raíz de que se extendiera un rumor sobre mí, que decía que porque había sido madre, estaba inactiva en el ámbito pagano. Me pregunté por qué no se me había consultado antes de dar por sentado ciertas cosas sobre algo tan íntimo.
Mi conclusión fue que esto es porque las mujeres estamos todavía muy infantilizadas como colectivo. Incluso nos infantilizan otras mujeres, como fue mi caso. Cuando nace un niño, y lo digo por experiencia, todo el mundo insiste en decirte qué es lo que tienes que hacer, cuando en realidad la maternidad es una etapa de gran empoderamiento personal. Igual que hay mujeres que eligen teta y otras eligen biberones, todas tenemos el derecho a decidir cómo vivimos nuestra maternidad, el grado de implicación con el mundo exterior (como si quieres aislarte, vaya) y el grado de conciliación familiar que necesitas dentro de tus posibilidades.
Que no se celebre este aspecto de Imbolc sólo viene a resaltar el hecho de que seguimos convirtiendo a las madres en las eternas invisibles, en las eternas menores de edad.
Pues señores (y sobre todo señoras), sin maternidad no hay vida. Pueden ustedes celebrar todos los Imbolcs que quieran, pero si se olvidan de la Madre que las parió, muy lejos me parece que no van a llegar.
A la semana de nacer mi sobrina, mi hermana tenía que empezar la quimioterapia, así que lógicamente, la lactancia materna no estaba recomendada en absoluto. Por más que en el hospital comentó su caso, algunos «profesionales» pusieron el grito en el cielo recomendando las virtudes de la lactancia materna, obviando que la leche de la madre en ese caso podía ser «una bomba de relojería». Cuando la pequeña comenzó con el cólico del lactante, el tema fue a peor porque algunos «profesionales» insistían en que la raíz del problema era «que no se estaba dando al bebé leche materna como Dios manda» y si comentaba el tema del cólico a familiares y conocidos varios, las críticas arreciaban. Para muchos, si una mujer no da el pecho parece que es menos madre porque es egoísta y sólo piensa en ella. Olvidan que esa madre sólo quiere lo mejor para su hijo y en algunos casos, la leche materna no es la solución más acertada.
Flipo. Pero vamos a ver, para ellos tu hermana era qué, ¿una niña? ¿Que no podía tomar sus propias decisiones? ¿Que no podía decir «oye, he leído X, sé Y»? Como si la muchacha hubiera decidido dar el bibi por darlo, al final lo importante es que nos dejen hacer lo que necesitamos y queremos hacer. No somos unas niñas, basta de infantilización. Basta de decir «yo sé más y por eso te digo qué es lo mejor para ti». Me pone enferma.
Espero que tu hermana se pusiera bien.
Gracias, harwe! Mi hermana se puso bien. El especialista le recomendo no dar el pecho porque no habia suficientes garantia de que la leche materna estuviese exenta de tratamiento. De todas formas, su tratamiento tambien la minaba fisicamente y necesitaba fuerzas para reponerse. No podia alimentar a dos personas correctamente.
Es que cualquier especialista en lactancia la desaconsejaría en caso de quimio, precisamente por eso. Pero también la desaconsejarían en mujeres que no quieren dar el pecho. Sin juzgar, sin infantilizar, se ha de respetar a la mujer. La crianza es una labor dura y cada uno tiene que sentirse bien con la forma en la que la lleva. De verdad, me indigna esta negación de las necesidades de las personas, tratar a las madres como si fueran niñas pequeñas. ¡Pero si ellas saben mejor que nadie cómo hacerlo! Al menos ella se puso bien y ya supongo que no tendrá que escuchar más idioteces de «expertos».