Adoro estas fechas festivas desde que tengo uso de razón, especialmente si hace mucho frío. Pero si no lo hace, me da igual: me apunto a decorar un árbol con bolas y espumillón aunque tengamos 20 grados, como es el caso este año en la zona de España en la que vivo. Me encanta comer mazapanes, turrón y hasta tomarme mi buen tiento de licor o champán, especialmente en casa de mi abuela. Tengo una tía-abuela divertidísima que se pone con los mofletes de Heidi cuando toma dos copas de más. ¡Y sólo tiene 85 años! Tengo otra tía-abuela que va a la misa del gallo, religiosamente, cada Nochebuena. Mi madre no perdona su champán ni sus turrones y cuando yo era pequeña ponía un pequeño Belén de cerámica con unas figuritas muy divertidas. Mi familia es cristiana y como cristianos celebran su Navidad. En casa de mi padre y de mi madre, las cosas son así.
Y en mi casa y la de mi marido, nos damos los regalos el día del Solsticio de Invierno. Tenemos una hija de ocho meses y hemos decidido que es entonces cuando le vamos a dar los regalos (aunque ya veremos si tenemos que ajustar esto en el futuro, por la tradición de los Reyes Magos, que tiene mucho tirón en España). Como paganos, nadie viene a nuestra casa y nos dice que el árbol de Navidad que ponemos se llama árbol de Navidad y, por tanto, estamos venerando cosas cristianas. Nosotros nos lo tomamos como que estamos haciendo algo bonito y decorativo, estableciendo nuestras propias tradiciones, que ya no tienen el sentido que tenían hace muchos siglos. Incluso hay cristianos que dicen que el árbol de Navidad es de raíces paganas. Yo, personalmente, he oído que es de origen cristiano, pero es que en realidad me da igual. Me encanta montarlo lo mismo, venga de donde venga. Me encanta celebrar Yule y me encanta celebrar la Navidad, aunque yo no sea cristiana.
Se lo recordamos mucho por internet el 25 de diciembre, pero lamento informar que creo que a los cristianos les da lo mismo el origen del cumpleaños de Cristo, y que haya nacido el mismo día que Dionisos, Mitra o Zoroastro. Oí decir una vez a un musulmán que su tradición decía que Jesús había nacido en marzo y debajo de una palmera. Pero, repito, les da igual. Está genial que recordemos que el día del Solsticio nacieron veinte mil dioses, todos tienen su cumpleaños en esa fecha. Pensemos por un momento: tenemos 365 días en el año y miles de dioses. Algunos coincidirán en su cumpleaños, ¿no? Es como si yo pretendiera que nadie más que yo, Harwe Tuileva, hubiese nacido el 4 de abril. Por esa misma razón a los cristianos les suele dar igual que les digas que x dios nació el mismo día que su dios. A la mayor parte de ellos, claro.
Chascarrillos aparte (es decir, que ahora hablo en serio o al menos lo intento), está claro que las tradiciones se ajustaron para que el día del nacimiento de una Divinidad relacionada con la venida de una redención, una luz, algo importante, coincida con el Solsticio de Invierno. Tiene toda la lógica del mundo. Pero eso no lo hicieron sólo los cristianos. ¡También lo hicieron los antiguos paganos, lógicamente! ¿O es que tenemos el copyright de los cumpleaños en el Solsticio? ¿Acaso no se «copiaron» unos pueblos a otros en sus tradiciones y cumpleaños de los dioses más importantes?
En definitiva, unos los llamamos Yule, otros llaman a estas fechas Navidad, Kwanzaa, Janucá. Algunos tienen tradiciones en común, casi todos relacionadas con las luces, los adornos, los colores, la vida que se abre camino. Al final, todo esto se trata de que veamos nuestras semejanzas más que nuestras diferencias. De centrarnos en lo que nos une a todos, más que en lo que nos separa. ¡Y las semejanzas son muchísimas! Tantas, que no somos capaces de discernir qué elementos vienen de qué tradición.
Los paganos hablamos de paz, hablamos de integración, de estar todos juntos por un mundo mejor. Juntos somos mejores, somos más fuertes, ¿verdad? Entonces, vivamos las fiestas juntos, no sólo entre nosotros sino también con los otros, los que están fuera de nuestra comunidad, porque también nos necesitan para ser felices, y nosotros a ellos. Sea lo que sea lo que se celebre, os invito a que hagamos lo que mejor sabemos hacer los paganos: ¡divertirnos y celebrar! ¿Acaso no es una fiesta de cumpleaños a la que te han invitado?
Ole Ole Yupiii
El vino que tieneee asunciooon no es blancoo ni es tintoo ni tienee colooor
Feliz solsticio
Hermoso poder compartir estas fiestas con todos nuestros seres queridos, e independientemente de la orientación espiritual profesada, que lo hagamos llenos de tolerancia y alegría, que disfrutemos del colorido, las luces y todos los regalos posibles. Muchas bendiciones y buenos deseos para todo el mundo…Feliz Solsticio.