El otro día eché una mano traduciendo en esta entrevista bilingüe que le hicieron los compañeros del programa de radio online Voces Paganas al Canciller de mi tradición, el Rvdo. Donald Lewis High-Correll. La entrevista es larga, pero creo que merece la pena escucharla aunque sea en pequeñas sesiones. Llegado un momento, el Rvdo. Don comentó algo que le he oído a otros líderes de tradiciones y a otros líderes de coven, considerados «tradicionalistas» en el sentido de que, según algunos, tienen una forma de ver las cosas más inamovible por aquello de que siguen «tradiciones» (el uso de comillas aquí es importante). Él dijo que la Tradición Correlliana está viva y que, como tal, las cosas en ella cambian, se adaptan, la gente mete cosas nuevas y está en constante evolución.
Me alegré mucho cuando oí esto, porque existe esta concepción, bastante arraigada, de que la gente que pertenece a tradiciones no admiten cambios o adiciones en sus prácticas. Y sin embargo, no he conocido eclécticos más eclécticos que algunos hermanos del Arte, especialmente en Europa, que serían considerados por algunos como «tradicionalistas» de la rama más tradicional de todas.
Creo que existe una diferencia entre pertenecer a una tradición y no admitir cambios en la práctica espiritual o la forma en la que se transmite. Lo primero consiste en formar parte de una familia espiritual. Esto puede sonar como un cliché, pero hay que llamar a las cosas por su nombre y en muchas tradiciones tu iniciador es, en cierto modo, como tu padre. Se dice que un mismo sumo sacerdote puede dar diferente instrucción a diferentes personas, porque su práctica y él mismo van variando a lo largo de los años, de la misma manera que tus padres no te educaron exactamente igual a ti que a tu hermano o hermana. De igual forma, las tradiciones van cambiando porque de las reuniones de las personas surgen ideas, y de las ideas surgen cambios. Puedo decir de memoria no menos de cinco directrices de mi tradición que han variado en mayor o menor medida a lo largo de estos 13 años que llevo siendo parte de ella. Algunas incluso han afectado a la forma en la que hemos dado esas instrucciones a nuestros iniciados. La mayor parte de las tradiciones que conozco, incluyendo a las de BTW, han pasado por procesos de reajuste interno similares, debido a que la supervivencia de los seres humanos (y por ende, de sus grupos sociales) estriba en su capacidad para adaptarse al medio y a las situaciones. La realidad social está en un sutil pero constante cambio.
No admitir cambios, por el contrario, supone la extinción o la muerte de la creencia. Y desde mi punto de vista, pertenecer a una no consiste en preservar intactas determinadas prácticas, puesto que en cuanto la realidad social cambia, se pueden ver fácilmente fuera de contexto; más con los tiempos tan rápidos que vivimos. Pertenecer a una tradición, para mí, consiste más bien en hacer nuestros una serie de ideales que pertenecen a un colectivo, ser parte de una familia o un grupo y, sólo a veces, transmitirlos, con las adiciones que nosotros consideramos importantes. Curiosamente, muchos de los añadidos que yo he transmitido a mis iniciados, las he visto en iniciados de otras personas, lo que me hace pensar que quizá todos nos ponemos bastante de acuerdo a la hora de adaptar las tradiciones a nuestra realidad social. Esto es lo que diferencia a una creencia viva, orgánica, adaptable y en movimiento, de una creencia muerta.
Podéis escuchar la entrevista al Rvdo. Don aquí: http://www.blogtalkradio.com/witchschool/2015/07/05/ptrn-voces-paganas-en-espanol-pagan-voices-lord-donald-lewis-highcorrell
Me encantó, Milady, fantástica reflexión sobre un punto tan fino y breve ¡¡pero tan importante!! Llevo años encantado con esta mágica palabra «Tradición» que etimológicamente significaría algo así como «Entregar», ¿y qué es aquello que se Entrega a otros, si no un Regalo? Especialmente, ¿qué es aquello que se Regala a la familia, a los hijos, a los descendientes, qué se Regala de generación en generación, si no un Tesoro?
Un Tesoro. Tradición –> Regalo –> Tesoro.
Pero efectivamente este Tesoro no es un Libro de la Ley, no es una Tabla de Mandamientos, no es una Escritura Sagrada que deba quedar intacta. Es un Tesoro sui géneris.
Es como el reloj de oro del abuelo, que un día llega tu abuela y te dice «toma hijo, ahora es tuyo porque has acabado la carrera».