Todos hemos oído alguna vez la historia de la Diosa Eostre, u Ostara, lo bonitos que son sus conejitos y que era una diosa germánica. Algunos dicen que era hasta celta. La verdad sea dicha, gran parte de la historia de la supuesta Diosa Eostre no está confirmada. Y digo supuesta porque no se sabe siquiera si Eostre existió o si se la inventó un señor hace unos siglos. No existen fuentes antiguas directas que nos digan a ciencia cierta que hubo una diosa llamada Eostre, ni que fuera un cognado (una palabra con el mismo origen etimológico) de Eos, que es la Diosa griega de la aurora. Algunos diréis que lo que estoy comentando es una barbaridad, porque nos han machacado con esta historia hasta la saciedad. Al saber esto, fui la primera en decirme que no podía ser, que alguien tenía que estar gastándome una broma, que por todos era sabido que Eostre era Eostre y que Ostara era Ostara. Pero aun así, escarbé en todo este asunto.
En primer lugar, la existencia de un cognado es la razón por la cual se ha repetido la necesidad de la existencia de dicha Divinidad. Pues bien, se sabe que Eos viene de la raíz proto-indoeuropea aus- que significa amanecer, y que la raíz ha estado presente en Divinidades asociadas a la aurora, pero este término no hace referencia a la primavera ni a los conejos, y por supuesto que haya una raíz en una lengua muerta no justifica la existencia de una diosa. Para que me entendáis, es como si yo ahora digo que la raíz proto-indoeuropea la- (que está presente en palabras como labio, labbra o lip, que existen en idiomas «nietos» del proto-indoeuropeo) justifica que en el pasado hubiera una diosa de los besos y la sensualidad bucal. Éste es un ejemplo de pensamiento circular que abunda hoy en día en gran parte del discurso científico-sensacionalista, y con el que hay que tener cuidado porque es un discurso muy manipulador.
Teniendo en cuenta que no se puede justificar la existencia de una Divinidad sólo mediante la Lingüística, tendremos que pasar a la otra parte que es la Historiográfica, es decir, que existan registros escritos sobre Eostre y su mitología. A este respecto hay un debate muy interesante y, cómo no, polémico.
El registro conocido sobre Eostre más antiguo es el de San Beda el Venerable. Vivió en el S. VIII (tres siglos después de los Anglos) y es conocido por haber escrito una Historia de los Anglos, esto es, una Historia del pueblo germánico que es conocido por conquistar durante un tiempo lo que hoy llamamos Inglaterra. Se ha acusado con frecuencia a San Beda de haberse inventado a Eostre. Tanto San Beda como otros estudiosos cristianos que tomaron las historias paganas, se dedicaban a recopilarlas para tener algo en contra de lo que hablar. Es decir, supuestamente estudiaban las costumbres paganas para luego ejemplificar a través de ellas cuáles eran las prácticas religiosas consideradas menos válidas que el Cristianismo. No os escandalicéis, es un proceso natural cuando se hace una transición de una religión a otra, desde el punto de vista antropológico. En muchas ocasiones también se inventaban cosas o las adaptaban al lenguaje de la época al desconocer los términos exactos en el idioma original. San Beda era inglés, y la palabra Easter (muy parecida a Eostre) significa Pascua en su idioma. Esto lleva a pensar a muchas personas que San Beda copió el nombre de la Diosa de esa fiesta cristiana (en su versión antigua, Öster). Easter, igual que East (Este en inglés) sí resultan ser cognados de la raíz aus- del proto-indoeuropeo. Pero, de nuevo, no podemos decir al 100% que esa evidencia lingüística nos lleve a tener una Diosa con los atributos y mitología que normalmente se le atribuyen a Eostre. En cuanto a la palabra Ostara, su origen viene de Öster-Monath, que significa «Mes de Pascua». De nuevo es la palabra Pascua la que aparece.
¿Cuál es la hipótesis que se plantea al respecto de la existencia de Ostara como festival pagano anglosajón y de Eostre como la Diosa que se veneraba en él? En realidad son varias. Una de las hipótesis sobre el Equinoccio de Primavera es que directamente no existiera como festividad pagana en la cultura anglosajona de la época, sino que San Beda se la inventara para ejemplificar algo que no se debía celebrar, y como no tenía términos para ello, tomó prestadas palabras de su lenguaje habitual. Otra de las hipótesis es que sí hubiera festival, pero la Diosa que en realidad fuera venerada en aquellos días resultara ser Freyja, porque esta Diosa sí parece tener la vinculación con los conejos de la que normalmente se habla cuando se trata de Eostre. Recordemos que Inglaterra había sufrido incursiones vikingas siglos atrás, durante el dominio romano, con lo cual la idea no parece descabellada.
A día de hoy, no sabemos qué hipótesis es cierta. Lo que sí sabemos es que ha llegado a nosotros una idea sobre una Diosa llamada Eostre. Por ello, muchos wiccanos le rinden culto cuando llega el día del Equinoccio de Primavera. Hay wiccanos, en cambio, que prefieren rendir culto a Freyja porque lo consideran más exacto históricamente, y no llaman para nada «Ostara» al festival porque no quieren hacer referencia a la Pascua judeocristiana en su fiesta. Sea cual sea tu elección (todas las opciones son igualmente válidas) creo que es importante que todos sepamos qué hay sobre la mesa en términos de debates sobre la exactitud histórica de ciertas Divinidades, porque mucha gente se cree lo que dicen los dos o tres autores que han copiado unos de otros, sin cuestionarlos lo más mínimo. Hacer de vez en cuando este ejercicio de saber qué hay de cierto en las fuentes que consultamos, especialmente cuando se insiste tanto en los orígenes etimológicos de las palabras como fundamento para que una Divinidad haya existido, es beneficioso para todos, genera criterio en la comunidad y mantiene la mente despierta.
A todos los lectores de 13 lunas, les deseo un muy feliz Ostara o Equinoccio de Primavera de 2015.
Gracias, esto me aclara muchísimas dudas.