Mancias no tan comunes

Dicen que «así arriba como abajo» y que casi cualquier cosa puede ser un augurio por el plan divino y demás. Aunque no estoy especialmente obsesionada con esas cosas, la verdad. Cuando se me cruza un gato negro, por ejemplo, y como un chiste gráfico que me enseñaron hace poco, pienso que eso significa que el gato iba a alguna parte. Sin embargo, es cierto que a los humanos nos encanta descubrir nuevas mancias y que hemos inventado mancias de todas las clases, para todos los gustos y colores.

Se me ha ocurrido hace un rato que podía compartir con vosotros algunas de las mancias no tan comunes que han aparecido en libros, y en medios de comunicación también. Algunas son más conocidas, otras son desconocidas si no se ha tenido la posibilidad de leer a determinados autores, y luego está ese grupo de mancias que a mí me personalmente me da un poco de grima, pero supongo que el saber no ocupa lugar y está bien saber que existen. Otra cosa es que nos vayamos a lanzar a practicarlas todas. Ya veréis por qué apostillo esto.

Lectura de los posos del café o el té. Éste es un clasicazo entre los clasicazos. Se asocia mucho con la magia gitana, especialmente en los países anglosajones, aunque en mi país lo máximo que me dicen las gitanas que paran en la puerta de la Catedral es que me van a leer la mano y que les dé 6 euros por algo a lo que ellas llaman ramita de romero, y que yo sé a ciencia cierta que es un trozo de arrayán cortado directamente de los setos de la plaza que está dos calles más allá. A lo que iba. La lectura de los posos trata de leer la buenaventura del bebedor mediante los símbolos que el té o o el café deje en el fondillo de la taza. En los tiempos modernos es muy difícil hacerlo porque nos hemos vuelto aficionados al té de bolsita o a los recipientes parecidos a coladores, pero si alguna vez preparáis té a la antigua usanza veréis que casi siempre deja poso. Eso es lo que se lee. Lleva, por lo que tengo entendido, bastantes años de práctica.

Fisionomía. La primera vez que oí hablar de este arte adivinatorio fue en mis estudios de Segundo Grado. Básicamente dice que todo tiene un significado en tu cuerpo, hasta la forma en la que tienes los dedos de los pies. En la antigüedad  fue una «ciencia» muy apreciada, y concretamente una de sus sub-disciplinas, la Frenología (basada en el estudio de la forma de la cabeza) se popularizó muchísimo hará un par de siglos. Se supone que permite el estudio del carácter de las personas a través de sus rasgos físicos. Pero (siempre hay un pero) como las personas pueden cambiar a lo largo de su vida, no siempre es una disciplina que nos sirva, en caso de que el ambiente y la propia persona hayan modelado su carácter. Entre sus sub-disciplinas se encuentra la que practican las gitanas de mi zona: la Quiromancia o lectura de las manos.

Con gemas o Gemomancia. Los grandes expertos en éstas se atreven a adivinar con gemas y piedras semipreciosas, tirándolas sobre una superficie e interpretándolas según caigan y por las formas que dejen en la superficie o tapete sobre el que trabajen. Creo que es un arte muy difícil de dominar, pero conozco personas capaces de esto. Honestamente, me parece que hay que tener mucha afinidad con las piedras, estudiar mucho y conocer también el carácter de cada una de las piezas que tienes en tu kit de adivinación con piedras, porque no todas las gemas, a pesar de ser del mismo tipo, tienen el mismo carácter. Esto lleva mucho tiempo meditativo.

Anomancia. Lo habéis leído bien y es lo que pensáis. Se trata de la adivinación a través de los pliegues del ano, y no es ninguna broma. La primera vez que lo vi, creo que en un programa de televisión, fue a través de un vidente de ésos de dudosa fama. Luego me enteré de que había sido popularizada por Alejandro Jodorowsky, un señor al que, si no estuviera casada, le pediría que me hiciera un hijo (no sé lo que tiene, pero me resulta sexy). Las tres grandes pegas que le veo a este método es que no hay un manual exacto de cómo interpretar cada arruguita, no se puede practicar fácilmente porque no todo el mundo te deja que le mires el ano («Buenas tardes señor, ¿me deja que le mire el ano y así le diga su futuro? No soy exacta, es que estoy en prácticas»), y además no todo el mundo tiene el mismo nivel de higiene. Por otra parte, ¿qué pasa si alguien tiene algo que interfiera con la lectura, como una hemorroide externa? ¿Altera eso el pronóstico? ¿Tendría algún significado? Lo veo difícil.

Adivinación por los lunares. Ésta es una de las sub-disciplinas más conocidas de la Fisionomía, junto con la Frenología y la Quiromancia. Me resulta divertida. Se basa en el pronóstico del futuro mediante la lectura de los lunares dentro del cuerpo de la persona. Es decir, que si yo veo a alguien que tiene un lunar en el pecho izquierdo, pensaría que es una persona que despierta una gran sensualidad y que tiene muchos admiradores, por tanto no le van a faltar las proposiciones románticas. Si es en el derecho, es que será enamoradiza. Y así un largo etcétera.

Augurios con animales. Ésta es poco usada pero muy típica cuando se empieza en estos temas, porque hay gente que pregunta cuando es todavía bastante novato en las mancias qué significa que entre x insecto o que se le cruce un animal. Lo primero que hay que pensar es que los animales viven en este mundo también, y que si mañana te encuentras con que te ha entrado una cucaracha en casa no es que sea un mal augurio, ¡es que el bicho ha entrado en tu casa a comer, a qué si no! Es como el ejemplo del gato que puse arriba. Si entran moscas en casa, se dice que son habladurías, pero hay que pensar que si se abren las ventanas y es época de moscas, pues es normal que entren. Aclarado esto, lo interesante del augurio es que se pide. Es decir, se hace una pregunta al universo y se espera a la señal del primer animal que pase. Cuando ha pasado, se analiza bien lo que el animal significa para nosotros, nada de mirarlo en libros, se tiene que hacer el análisis para uno, porque el universo manda las señales para uno mismo. Y ya está, así de simple. Hay momentos, sin embargo, en el que estos augurios con animales pueden darse sin pedir nada al universo conscientemente, sino que se trata de señales del Yo Superior o de la Divinidad. Estos casos son raros, y lo importante aquí es centrarse, meditar y plantearse si uno ha pedido de alguna forma esa señal. Una vez pedida, hay que hacer exactamente lo mismo: meditarlo uno.

Me habré dejado muchas en el tintero, pero creo que ahí van unas cuantas mancias poco comunes, especialmente para la gente a la que le encante investigar. Como veis, son mancias que requieren muchos años de estudio y práctica, pero al final y al cabo, ¿y qué mancia, hasta la más conocida, no requiere eso mismo?

2 thoughts on “Mancias no tan comunes

  1. La Anomancia me ha dejado muy muerta… xD Si encuentro trabajo en un hospital donde haya ancianos con pañales (soy auxiliar de enfermería), podría practicarla con facilidad, ya me veo diciendo «Buenos días, señor, vengo a cambiarle el pañal y a leerle el culo». En dos días ya podría montar mi gabinete y todo…

  2. La Anomancia, si bien no es ciencia, tiene reglas para su interpretación exacta.
    El procedimiento es sencillo hoy por hoy, cuando lo ideo Jodorowzky -hace ya años atrás- solo existían fotocopiadoras para su impresión, en el presente existen medios digitales para desarrollar este método adivinatorio por excelencia. Dentro de su procedimiento esta claramente definido como principio de esta técnica, que el ano a ser leído, debe estar limpio y sano.

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