Llevo un tiempo dándole vueltas a la cuestión de los valores. Últimamente están de moda, de hecho. Yo misma he hablado en este mismo blog de educar en valores, de la falta de valores, de que hacen falta más valores. Pero después de tanto hablar de ellos, creo que ninguno de nosotros, ni siquiera yo, sabemos muy bien lo que son y lo que implican. Y es un tema peliagudo porque nos quejamos de que no están por ninguna parte. En las noticias vemos que salen cosas como promulgar el valor del medio ambiente, el valor de la amistad, el valor de la solidaridad… un empacho, vaya, por hacer mejor esta sociedad y a los jóvenes, que son los peores según… todo el mundo. Pero de los jóvenes se lleva quejando la sociedad desde que el mundo es mundo. No es una cosa de ahora, es una cosa de hace mucho tiempo y de la que grandes filósofos y políticos (sí, hubo grandes políticos) de todos los momentos históricos se han quejado. Desde la Antigua Grecia, y no exagero ni media.
Las escalas de valores, es decir, aquello que priorizamos y consideramos valioso, son a la vez personales y sociales. Es todo aquello que consideramos valioso y que en cierto modo determina nuestro comportamiento. Justo después de la supervivencia, claro está, porque primero está sobrevivir y luego está todo lo demás. A veces los valores están entremezclados con las necesidades básicas (como anteponer el dinero a otras cosas) porque las necesidades básicas de protección tales como el vestido o la vivienda no están garantizadas, entonces las personas necesitan hacer un ajuste en sus valores. Pero un humano con las necesidades básicas cubiertas empieza a tener tiempo y ganas de valores mucho más trascendentes. A veces.
Es en esa trascendencia donde me gustaría entroncar con las religiones paganas. Un wiccano puede decir que su Rede es una forma de expresar sus valores de una forma sucinta: «Mientras a nadie dañes, haz tu Voluntad» normalmente implica que la libertad de uno termina cuando empieza la de los demás. Pero esto incluye otras escalas de valores de otras personas que, libremente, han decidido tener valores diferentes y en distinto orden. ¡Qué dilema!
Mi mejor amiga dice que opiniones hay tantas como rajas del culo (perdón por ser soez), pero no he encontrado una frase que resuma tan bien que las escalas de valores son como las opiniones. Dos wiccanos pueden tener, incluso dentro del trascendente marco de su religión, dos opiniones marcadas por dos escalas de valores diametralmente diferentes. Esto en principio no es causante de demasiados problemas, porque los valores son nuestros mejores amigos mientras no los radicalicemos, y dos personas equilibradas pueden llevarse muy bien pese a tener diferentes valores. Nos permiten ser consecuentes con nosotros mismos y eso crea una autoimagen positiva que nos ayuda a estar a gusto en nuestra piel pero, llevados al extremo, crean movimientos muy radicales.
Por ejemplo, los fans del medio ambiente pueden considerar que hay wiccanos que por no pertenecer a una asociación animalista no son buenos creyentes, cuando a lo mejor resulta que no todo el mundo tiene dinero para pagar la cuota de Greenpeace o comprar cosméticos en Lush. Los superfans de Gardner pueden considerar que si no has leído sus libros no eres un buen wiccano, cuando resulta a lo mejor que no se puede encontrar en el idioma de esa otra persona, o que no está en Braille porque es ciego, o que no tiene medios para comprárselo y no le gusta descargarse libros gratis de internet porque va en contra de sus propios valores. Todo esto puede desembocar en ataques verbales que, lo creáis o no, dañan a la gente. Hemos olvidado, con tanto internet, que detrás de seudónimos y letras hay personas con sentimientos. Incluso los propios wiccanos que enarbolamos la Rede como bandera olvidamos que esa ley habla de la libertad personal, y de que ésta acaba cuando empieza la del otro.
Aristóteles decía que la virtud está en el punto medio entre los dos extremos de un mismo valor. Es un arte muy difícil permanecer en ese punto medio, sin llegar a radicalizarlo nunca, pero es la situación ideal. Pero cuando eso pasa hay una cosa llamada «empatía», y que sí que falta (creo yo) en esta sociedad. Valores, en realidad, tenemos por todas partes y nos los meten hasta en la sopa, pero emocionalmente, con tanta libertad personal que también nos meten hasta en la sopa, nos volvemos unos dictadores de nuestras opiniones. Me incluyo: ha sido un error que he cometido mucho a lo largo de mi vida. De ahí que le dé tanta importancia a la inteligencia emocional (la capacidad de saber qué sientes y por qué lo sientes) y a la empatía (y no es sentir el dolor de los demás como en Embrujadas, sino ser capaz de saber qué siente la otra persona y entender por qué lo siente). Esas dos capacidades nos ayudan a equilibrar nuestros valores en caso de conflicto y, claro que sí, son el mejor escudo frente a los ataques.
Si una persona te está atacando y comprendes por qué te ataca (normalmente un conflicto de escalas de valores) de pronto todo se transforma en un asunto irrelevante. Si lees por internet que no eres buen wiccano porque no has leído a Gardner y comprendes por qué la persona lo dice, entonces te sitúas fuera de la situación, la ves como un espectador y dejas de sentirte mal por ella. Y si ya terminas de entender que tienes todo el derecho a no estar de acuerdo y sigues con tu vida, entonces directamente has ganado.
Siempre han dicho que estoy un poco loco, pero por señalar un punto a favor de los paganos…
¿A cuántos paganos, de la rama que sea, se les ha ido la olla se han liado la toalla a la cabeza, se han puesto un nombre arabe y se han convertido en asesinos yihadistas?… Ninguno
¿Cuántos cristainos, de una u otra rama?… unos cuantos…
Los paganos de la antigua Roma eran los que torturaban y asesinaban a los primeros cristianos…
Mi post no habla mal de los paganos, pero es mejor no comparar que salimos todos perdiendo.
Por no decir que los Druidas Gaélicos realizaban sacrificios humanos… así a lo bruto… (de los Irlandeses no está tan claro, algunos dicen que sí y otros que no).
Y los Aztecas llegaron a realizar en sus épocas menos «activas» 15000 ejecuciones religiosas anuales (llegando a números casi 20 veces superiores en las más «activas»).
Los espartanos tenían un rito «religioso» de madurez que consistía en matar a un campesino de la ciudad para demostrar que eran adultos y aptos para servir al pueblo de Esparta.
¿Sigo? 😛
Yo hablaba de ahora, no del pasado
Y yo hablaba de empatía y escalas de valores, y honestamente no sé a qué ha venido tu comentario. Si pudieras explicar por qué necesitas comparar el Islam con la Wicca en un post que habla sobre lo bonito de la inteligencia emocional, todos seguramente quedaríamos mucho más contentos y no estaríamos meneándose a un muerto.