Quería haber llamado a esta entrada «La comunidad pagana se define sola», pero no quería que sonara demasiado fuerte. Al final va a sonar fuerte, porque me he puesto las botas en esta entrada, aviso.
Durante mi preparación del tercer grado me metí de lleno en la «definición positiva» que defiende mi tradición, porque con frecuencia tenemos la feísima costumbre de definirnos con noes: «No somos satanismo», «No comemos niños», «No maltratamos gatos negros en Halloween», «No nos metemos los dedos en la nariz (bueno, quizá dentro del coche cuando creemos que nadie nos ve)», etc. Mi tradición defiende la definición positiva. Pero yo, por mucho que pertenezca a una tradición, soy una persona independiente y pienso que la comunidad pagana se define ella solita y no tenemos por qué venir dos matados aquí a decir qué es Paganismo y qué no. Igual que tampoco podemos decir qué es Wicca y qué no, creo yo. Hace muchos años, y quizá por influencia de mi tradición, pensaba que era necesario definir, delimitar y acotar, pero he cambiado de opinión. En esta web todavía quedan muchos rastros de aquella época que pasé definiéndolo todo, por cierto.
La razón por la que cambié de opinión fue porque conocí a dos personas que me abrieron mucho la perspectiva de qué podía considerarse Paganismo y qué no. En un encuentro de la Pagan Federation, hace un par de años, conocí a dos umbandistas a los que ahora tengo mucho aprecio. Lamentablemente, y como todo el mundo, tengo prejuicios, y yo tenía un prejuicio muy grande hacia las religiones sincréticas que habían nacido del intercambio cultural entre africanos esclavos y las potencias colonizadoras. ¿Por qué? Pues por la leyenda negra que rodea a todas esas religiones. Y eso que a mí el vudú siempre me encantó, pero que no me hablaran de santería, ni de umbanda, ni de nada de eso. Así que, prejuicios incluidos, me senté a escuchar a esas dos personas, al principio reticente y luego con más interés. Me resultó interesante ver lo similares que éramos, y cuando más hablaba con ellos más me daba cuenta de que había mucho en común. Los seres humanos nos creemos muy avanzados y muy superiores y en realidad seguimos teniendo los mitos de aquella Eva mitocondrial que vivió cerca de la actual Etiopía, lo queramos o no. Muchas de las cosas a las que adoramos como naturales las adoran igualmente tribus muy dispares y tradiciones muy lejanas en el tiempo y el espacio. ¡Porque seguimos siendo aquella tribu perdida de la mano de los dioses, pelona y que andaba erguida!
Así pues, recientemente salió el concepto de la definición de Paganismo de nuevo, a raíz de un evento de Tradiciones Paganas que se planea en Madrid para el año que viene. En la descripción del evento se dice que se puede participar sobre todo si se es de tradiciones de origen europeo. Y me asusté, así que pedí aclaraciones a la organización del Foro. No digo que tengamos que aceptar por narices que las tradiciones de la diáspora africana sean Paganismo según mi opinión, es que me gustaría que nos diéramos cuenta de que no necesitamos definir a la comunidad, que la comunidad se está definiendo sola y que no nos corresponde a ninguno decir, aunque sea mediante una pequeña acotación, que sólo las tradiciones europeas son tradiciones paganas. Para empezar porque incluso las tradiciones de origen europeo están abandonando el término Paganismo en favor de otras denominaciones, como Nativismo (por cierto, el mismo nombre que Orpheis Caroline High-Correll le dio a mi tradición cuando la fundó). Y para seguir porque no somos los dueños del Paganismo, aunque tengamos opiniones, animadversiones y prejuicios, lo cual es humano.
La explicación de los organizadores del evento a mi alarma fue que la acotación se debía a razones organizativas. Me parece bien, es su evento y son sus reglas, pero creo que hay que tener cuidado con esto en el futuro. Si el término Tradición Pagana se acaba usando como equivalente de Tradición Europea de ahora en adelante, si se empieza a utilizar esta equivalencia fuera de ese evento, o si no se usa con precaución, entonces estaremos dejando fuera a mucha gente. Y estamos incluyendo también a quien no quiere estar incluido y ya ha dicho expresamente que no es pagano sino otra cosa.
Igual que hace mucho tiempo surgió el movimiento de «(Insértese aquí nombre de asociación o evento) no me representa» podemos volver a causar esto por exceso de definiciones, que es lo que, en definitiva, causa que en esta comunidad española nuestra al final cada uno acabe montando su propio chiringuito porque no se siente incluido en las definiciones ajenas. Y es normal: a nadie le gusta que le pongan o le quiten etiquetas desde fuera. Tenemos la costumbre de etiquetarnos y definirnos a nosotros y a los demás. Me han venido a veces a dar una opinión no como persona, sino como creyente en el «Cuchufletismo ecléctico», momento en el cual no sé si felicitar a la persona por haberle puesto nombre a lo suyo, o decirle en su cara que creo que le faltó oxígeno al nacer. Las personas somos personas, no «creyentes en x» y tenemos que empezar a respetarnos por el mero hecho de existir, no por creer en dioses o por tener etiquetas. Volvemos a definirnos y delimitarnos una, y otra, y otra vez, sólo para encontrar nuestro sitio y evitar que nos lo «quite» el otro. O para formar clubes de gente que se denominan igual, que acaban desapareciendo en cuanto hay una discrepancia personal. Y al final nada de eso marca ninguna diferencia, ni creamos conciencia, ni fomentamos la diversidad.
El día que empecemos a vernos a nosotros mismos como personas y no como definiciones, ese día, habremos ganado en tranquilidad mental y permitiremos que los demás vivan su vida y nos dejen vivir la nuestra. El día que recordemos que las definiciones las crea la comunidad por convención social, como nos dice la Lingüística desde Saussure, nos daremos cuenta de que estamos intentando introducir un cambio artificial en una terminología que pertenece aun grupo completo, con todas las implicaciones históricas y sociales que eso conlleva. Las cosas que hacemos ahora tienen un eco en el tiempo y afectarán a las generaciones que hayan de venir, ¿realmente queremos hacerlo así?
«Cuchufletismo ecléctico»… me lo voy a apuntar… tiene uqe ver con la historia de Cuchulain, no ? el caudillo celta…
Pues es una referencia a una broma que hice en su día en facebook. Hubo un tiempo en el que gente que no me conocía de nada se inventaba cosas sobre mi vida, así que, para dar de qué hablar, dije que había adoptado una cabra llamada Cuchufleta. Desde entonces es una palabra comodín. xD
En un término más general, la palabra ‘Paganismo’ se entiende coloquialmente como todo aquella práctica que no está relacionado ni aceptado por el Judeo-Cristianismo, por ser distinto a sus conceptos.
De ese modo se entendería mejor a mi parecer.
Honestamente, creo que no necesitamos definiciones. De eso trata la entrada.
Hola Harwe, al final me decidí a comentar como te dije en FB 😛 Creo que es una de las entradas tuyas más densas en contenido que he leído.
Entiendo lo que dices en tu entrada y estoy de acuerdo, pero al mismo tiempo también pienso que las definiciones son importantes porque dicen mucho de cómo nos vemos a nosotros mismos, tanto como individuos como como comunidad. Definirse, formar grupos y delimitarse del «otro» es natural entre los seres humanos, y si bien causa problemas como dices, también puede crear comunidades sólidas y se pueden usar las definiciones como base para comunicarnos cómodamente entre todos. La cosa es no obcecarse mucho con estas definiciones, porque al fin y al cabo simpre va a haber tradiciones o prácticas que queden en los bordes, y obviamente las personas son más que la suma de sus calificativos. En mi opinión, hay que definir con lógica y no obsesionarse con ponerle nombres a todo, porque así se llega a negar esta individualidad. «Nada con exceso, todo con medida». Dejar que la comunidad se defina sola, al fin y al cabo. Me parece que en la comunidad pagana se pierde mucho tiempo y energía en la semántica.
Ahora, eso sí, lo que está demostrando esta entrada es que lo que a la comunidad pagana le hace falta es más capacidad lectura comprensiva y más pensar las cosas bien. Como nota aparte, ésto es uno de los problemas por los que los nativistas/reconstruccionistas están (¿estamos?) huyendo en desbandada como mencionas en tu entrada, porque muchos consideramos que con una comunidad pagana que en general se comporta así no se puede hacer nada de nada.
Hola Ana, muchas gracias por tus ideas. Tus palabras resuenan mucho con la idea que tuve en mente cuando escribí esta entrada. La razón por la que considero que ahora mismo no debemos definir tanto es precisamente por eso que comentas, que hay un exceso de definiciones en este momento. Creo que alguien tiene que decir «basta» y dejar que las cosas fluyan. No quiero que mi hijo o hija, si resulta ser pagano, se encuentre definido y encasillado por la generación previa, me gustaría que tuviera la capacidad de definir y de cambiar las cosas como se hace siempre con el lenguaje, y tú como estudiosa de la lengua creo que me entiendes perfectamente en ese sentido. Gracias de nuevo por tus palabras, son un rayo de sol y un ejercicio de coherencia y sentido común.
¡Gracias! No sé, creo también que es muy de grupo pequeño esa obsesión por las definiciones- quizás las cosas cambien poco a poco al ganar adeptos los movimientos paganos. Y por tu hijo no te preocupes, que si llega a ser pagano tendrá la misma capacidad de cambiar los esquemas y dejar su huella en el lenguaje que tú 🙂