Hace unas semanas ya que volví a entrenar a alto nivel, y hace poco que retomé la práctica del Kundalini Yoga. Me gusta el Kundalini Yoga porque básicamente fortalece los abdominales una barbaridad, ya que la zona del ombligo se considera el centro energético del cuerpo (justo donde está el chakra del plexo solar), y porque considera a través de los cambios físicos podemos lograr cambios a nivel energético. Aunque el Kundalini Yoga no es una disciplina para principiantes, porque trabaja con apneas (aguantar la respiración, especialmente con los pulmones vacíos), como cualquier rama del Yoga, para acompañar a un trabajo regular de meditación y de entrenamiento resulta ideal como elemento integrador, y aumenta exponencialmente los efectos tanto del entrenamiento como de la meditación.
Meditando sobre este asunto me acuerdo de un vídeo de Runa Fuego, que se llama «Mens Sana, Corpore Sano», creo recordar. Sé que Runa entrena regularmente y él quiso explicar cuál era su visión acerca de este tema. Me gusta que la gente hable de sus opciones personales, de si entrenan o no, de si prefieren los paseos calmados, la falta de ejercicio físico o si van al gimnasio a machacarse, cuando están en un camino espiritual. Creo que dice mucho de cómo cada uno va construyendo su camino, de sus opciones y elecciones, y es muy bonito ver que diferentes personas eligen diferentes caminos. Tendemos a pensar que el cuerpo está separado de la mente y del espíritu, y yo también caí en ese error. La gente elige cosas dependiendo de cuáles sean sus preferencias, y creo que ninguna de esas elecciones son casuales. Tanto si se opta por no hacer ejercicio, como si eres de los que te gusta machacarte (y grados intermedios, por supuesto), todos tenemos el derecho a hacer lo que queramos mientras nos haga felices.
Lo importante, creo yo, es saber observarse. Yo soy una persona naturalmente musculosa, por ejemplo. Practiqué deporte toda mi adolescencia, pero reconozco que en los últimos 7 años me he dejado ir. Mi decadencia empezó con la depresión que tuve hace unos años, pues puse unos 15 kgs. Tuve una trombosis y casi me muero, incluso hubo un tiempo en el que abandoné mis estudios de Wicca Correlliana por aquel entonces. ¿Casualidad? Yo creo que no. Mi situación estaba reflejándose en todos los mal llamados «niveles» de mi persona, y digo mal llamados porque en realidad conforman un contínuum. Mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi espíritu que es mi conexión con lo Divino, todo eso está unido y por esa razón se estaba dando en mí una situación anómala y contraria a lo que yo soy por naturaleza: una persona a la que le gusta entrenar, una persona feliz, una persona espiritualmente plena.
Así pues, y sabiéndome empoderada por una situación que de pronto ha empezado a «encajar» tras mi lenta pero segura salida de la depresión, he vuelto a entrenar duro, he vuelto a ser yo. ¿Mens Sana in Corpore Sano? Pues yo diría que más bien «Mens Sana in lo que te dé la gana». Si tu naturaleza es no machacarte en el gimnasio, pues no lo hagas, estupendo. Si te gusta entrenar, pues estupendo también. Pero lo que yo extraigo de esto es que siempre hay que observarse, saber por qué actuamos de una forma que parece contraria a nuestras elecciones más íntimas y naturales, como en mi caso fue dejar de entrenar cuando lo había hecho toda la vida y me gustaba. Me alegra irme reencontrando conmigo misma poco a poco, a todos los niveles.
Como siempre lo mejor de la entrada es la enorme amplitud de tus planteamientos. Es cierto que hay gente a la que hacer ejercicio le sienta fatal. Yo personalmente estoy casi en los 50 y he hecho ejercicio toda mi vida, aunque en los últimos años, se ha convertido en una necesidad como el comer o el respirar. En cuanto al ejercicio y la paz espiritual, me considero una persona bastante ciclotímica y puedo afirmar que la salida de todos mis periodos de bajón, siempre comienzan con el inicio de entrenamiento físico.
No hay que olvidar que la producción de endorfinas esta directamente ligada al ejercicio, y a a la sensación de bienestar. Ademas el hecho de ver que con 50 años puedes tener más potencia muscular que a los 20 o los 30, ayuda bastante.