Nuestra comunidad se basó en la comunicación oral hasta la llegada de internet. Un brujo enseñaba a otro brujo (o un druida enseñaba a otro druida, en definitiva un pagano enseñaba a otro pagano) de manera oral, casi sin material escrito. Las personas que ejercían de formadores no sólo hablaban sino que mostraban también, ayudando al principiante a realizas las tareas y ritos, primero mediante el ejemplo y después mediante la puesta en práctica y la implicación del aprendiz en celebraciones y rituales. Incluso esas personas que iniciaban su camino, con el tiempo, creaban su propio corpus de conocimiento, al incorporar las enseñanzas de su maestro a lo que iban descubriendo con el tiempo a base de su propia experiencia.
Pero ha llegado la era de la información y la comunicación, y con ella los blogs como éste que lees, las escuelas online, los artículos publicados al alcance de todos y los grupos montados a través de la Red de Redes. Soy una gran fan de internet, porque gracias a ella conocí una religión llamada Wicca de la cual ahora soy creyente. Me encanta leer las opiniones de la gente, participar en foros, meditar y reflexionar sobre la información que encuentro, y luego aplicarla a mi realidad y a mi mundo. Creo que, visto así, internet es una herramienta fabulosa, pues permite llevar a tu vida prácticas muy interesantes y compartir con otras personas esas prácticas, con resultados a veces muy sorprendentes porque se basan precisamente en eso, o como diría una amiga mía «compartir es vivir». Por esa razón comparto mucho de lo que hago o pienso, me hace sentir viva, me gusta pensar que puedo estar haciendo a alguien pensar, en algún lugar muy lejano de este planeta, si puede aplicar lo que a mí me ocurre o lo que me planteo a su vida, o experimentar con ello. Hay mucha gente que piensa como yo ahí fuera, mucha gente a la que le gusta compartir porque le hace sentir bien, feliz.
Hemos pasado de la comunicación oral a la comunicación escrita pero no hemos dejado de ser paganos y, por tanto, seguimos caminando senderos vitales. Por eso creo que lo razonable es que uno viva lo que lee, no que repita o copie simplemente lo que dicen los demás porque se trata de nuestra vida. Al repetir puede que no estemos comprendiendo lo que el autor de esas palabras quisiera decir y, por tanto, no podamos darle el significado completo. Os pongo un ejemplo muy sencillo: hace unos meses tuve que escribir un artículo aclarando qué significaba para el Templo de Brigit su lema («Honor, valor y esfuerzo») y cómo se creó, al ver que gente de fuera estaba tomándolo como lema propio sin saber qué implica para nosotros. Esto ilustra que repetimos porque seguimos siendo monos de imitación y tomamos rápidamente lo que nos gusta, a veces sin pensar muy bien lo que estamos tomando. Afortunadamente esto tiene solución, y es un problema normal que surge de toda esta información que se «contagia» rápidamente debido a la inmediatez del medio.
La otra consecuencia de esto es el plagio, que juega en otra liga, desde mi punto de vista, en cuanto a valores y motivaciones. Para mí, el plagio es grave porque se trata de pensar que podemos tomar lo que queramos porque «no tiene dueño», porque está en internet y por tanto es público, y está basado en un pensamiento bastante cargado de soberbia, al creer que nadie se va a dar cuenta del plagio porque internet es muy grande. Mala suerte para los que plagian: la comunidad pagana es muy pequeña y casi todos nos conocemos, por no hablar de que es tan fácil como buscar algo en Google para ver si una línea ha sido copiada de otra web. Precisamente hoy leía que a un chico argentino muy conocido en la comunidad hispanohablante le han plagiado contenido, pues han publicado artículos suyos sin mencionar de dónde viene la fuente, y la comunidad estaba que saltaba porque sabían perfectamente que esos artículos eran de él. Esto ilustra lo pequeño que es esto y lo bien que nos conocemos. Pero lamentablemente este chico no es el primero ni será el único. Hace dos o tres meses, otro grupo plagió contenidos de la web del Templo de Brigit, tomando prestadas hasta las biografías y añadiendo tan sólo los detalles biográficos correspondientes. Como será, que en una de las biografías se les olvidó editar el contenido del todo y todavía se lee «Sevilla» en lugar de «Murcia» como provincia a la que pertenece la localidad de Lorca. A día de hoy no han cambiado esa información ni se han pronunciado al respecto.
Creo que todos los que en algún momento hemos sido plagiados empezamos igual: intentamos hablar con la persona que nos ha plagiado y pedimos que, al menos, se diga de dónde viene la fuente. También que hagan una modificación del contenido. Contestaciones a estas comunicaciones hay de todos los gustos y colores. La mayoría no admite que ha plagiado, tristemente. Y es triste no para el plagiado, sino para el que plagia. El plagio es un problema para la comunidad, en mi opinión, muy grave. Creo firmemente que copiar las ideas y palabras de otros nos hace más tontos, porque no fomenta la auto-crítica, ni la reflexión, nos convierte en autómatas que dicen, y por tanto creen, en todo lo que sale por internet, por la televisión o por cualquier medio de comunicación. Hace vulnerables a las personas, haciéndolas crédulas crónicas, fomentando el borreguismo y haciéndoles vivir en una minoría de edad permanente, al no desarrollar de manera apropiada su capacidad para criticar constructivamente y aplicar las cosas a su vida con una cierta perspectiva. Todo por ser cómodos y no querer escribir dos líneas por nosotros mismos.
En mi religión, la Wicca, nosotros somos nuestros mismos sacerdotes, y creo que eso sucede con la mayoría de las religiones paganas. El Paganismo se destaca por ser un conjunto de religiones en las que tú tienes el poder de tratar a tus dioses por ti mismo, así como de tener un camino personal de mejora basado en una serie de virtudes o características personales deseables. Si dejas la reflexión personal en manos de otros al plagiar webs y copiar contenidos a veces muy personales, ¿qué clase de poder tienes para tratar con tus dioses de tú a tú? ¿Qué clase de reflexión estás llevando a cabo? ¿Qué clase de aprendizaje estás sacando? ¿Qué clase de virtudes estás desarrollando? La respuesta a todo esto es ninguno, porque no estás haciendo nada.
Como veis, no me meto en temas de derechos de autor, sino que hablo directamente de valores. El valor de la reflexión en uno mismo, para empezar. También el valor de dar a cada uno el peso que tiene, porque no pasa nada si copias a alguien y mencionas de dónde viene, porque eso se llama citar e implica que lees, además de ennoblecerte por decir quién ha iniciado cierta idea. Y por último, el valor para la comunidad, el conocimiento (no información) que creas en la comunidad al iniciar esa reflexión y hacer que los demás lean lo que has reflexionado, para que luego ellos reflexionen por sí mismos. No concibo este camino sin esa reflexión y meditación, y no concibo una comunidad pagana borrega y crédula, porque si por algo nos hemos distinguido siempre es por ser reaccionarios e innovadores. Quizá soy demasiado idealista, pero tengo claro que no seguiremos avanzando ni innovando si dejamos en dos o tres el pensamiento profundo, si seguimos copiándonos unos a otros y si seguimos sin hacer el esfuerzo de escribir, idear y hablar por nosotros mismos. Personalmente, valoro mucho más dos líneas mal escritas en el blog de cualquiera que se haya molestando en pensar por sí mismo, que un artículo cargado de ideas ajenas firmado con un nombre que no le corresponde.
Si no le es molestia me gustaría informarme sobre su cultura y creencias no he encontrado un medio mejor para comunicarme con algun@ de ustedes, a ser posible si no le es molestia agradecería que me ayudase en lo concerniente a ese asunto, un saludo.
Creo que un breve repaso por el buscador de esta web le puede ayudar… Suerte!
En fin, desisto de esperar respuesta, un saludo.
Ya tiene su respuesta: hay un buscador en la parte derecha de la web. También tengo los artículos ordenados por etiquetas y una sección de preguntas frecuentes en el menú de arriba.