Recuerdo que, no hace demasiado tiempo, me contactó una desconocida por facebook para pedirme que le hiciera un trabajo mágico. La conversación fue algo así como «Hola, eres bruja, ¿no? Pues hazme magia porque estoy muy mal pero muy mal, tengo mucha mala suerte, me va todo de culo, venga anda». Yo no me dedico profesionalmente a la brujería, sino que forma parte de mi vocación como sacerdotisa y tampoco es que sea una parte central de mi trabajo espiritual. Sé que hay gente que hace trabajos mágicos de forma profesional y cobra por ello. No voy a entrar en juicios de valor sobre eso, porque igual que entiendo a los que dicen que no se debe cobrar, entiendo a los que tienen que pagar sus facturas.
Últimamente me estoy encontrando con muchas historias de brujitos (wiccanos o no) por ahí a los que desconocidos les contactan para pedirles trabajos mágicos de diversa índole. Y hoy estaba precisamente pensando en eso, en qué hacemos cuando movemos energía, en la gran confianza que se deposita en quien realiza el hechizo, en el saber atinar a la hora de realizar el trabajo y más si no se conoce a la persona… en fin, cosas que creo que un profesional de los hechizos sabe al dedillo por su propio bagaje, pero lamentablemente cuando nos toca a quienes no sabemos nos quedamos un poco «pillados» con la petición.
He aquí una serie de pensamientos al respecto que, si os habéis visto en la situación, quizás podéis compartir. O no. Todo depende de cuál sea vuestra opinión al respecto.
¿Quién eres?
Aunque luego lo diría de una forma más educada, esto es lo primero que se pasa a mí por la cabeza cuando veo una petición así. ¿De dónde me ha conocido esta persona? ¿Sabe realmente que no me dedico a esto? ¿Qué sabe de mí? ¿Es amigo de algún amigo quizás? ¿O simplemente ha visto mis likes en facebook y ha asumido que soy bruja? ¿Sabe que hay personas con más experiencia haciendo trabajos mágicos para el público que podrían ayudarle, y probablemente mucho mejor que yo? En definitiva: ¿por qué yo, oh desconocido, que tan feliz andaba brujeando en mis cosillas?
Creo que pedir a alguien que se identifique, de una forma adecuada y educada, es lo primero que se debe hacer.
La coacción
Personalmente, el chantaje emocional no es algo que me pirre. Bueno, vale, seré honesta: me da urticaria. Creo que hay formas y formas de pedir las cosas, formas y formas de negociar, formas y formas de llegar a un acuerdo… pero nada me parece más ruin que apelar a una supuesta altura moral para conseguir algo de otra persona. Para ilustrar esta situación, imaginamos que alguien nos dice: «como sé que eres una estupenda y maravillosa persona, harás lo que te digo». Y si no lo haces, claro, implica que tu altura moral está al nivel de una caquita de perro.
Sinceramente, si una persona me pide las cosas así, mi respuesta es NO, sin importarme que luego pueda decir «hay que ver cómo eres, qué mala persona». Hay que tener muy en mente que tenemos derecho a elegir siempre, y que nadie tiene derecho a juzgar nuestra altura moral sólo basándose en que nos pleguemos o no a sus deseos. Si en algún momento ocurre esto, vosotros sois los que decidís si queréis entrar en el juego de la coacción emocional, pero si decidís empezar a jugarlo, por favor, tened muy claros vuestros límites. Un trabajo mágico es UN trabajo mágico, no siete, y menos si van a estar siempre acompañados de la misma cantinela de presión social.
Entiendo que esto es difícil porque los wiccanos sobre todo nos esforzamos por quitarnos encima el Sambenito del brujo oscuro y diabólico, y por eso podemos caer a veces en socorrer o ayudar para demostrar que somos brujitos buenos y ciudadanos ejemplares que pagan sus impuestos.
Tus propios valores
Siempre digo que soy wiccana y no una hermanita de la caridad, y que mi interpretación de la Rede es más como «consejo» que como «mandamiento». Por tanto, mi magia es más «leche manchada» que «blanca» (aunque ya sabemos que la magia no tiene color). Pero de ahí a aceptar hechizos para separar matrimonios, causar enfermedades o muertes, causar ruinas, destrozar negocios y hacer amarres, hay un abismo. Creo que los límites son importantes: es en lo que uno cree, es lo que uno piensa, por lo que cada uno rige su vida.
Personalmente, no me sentiría bien si aceptara hacer un trabajo mágico que fuera en contra de mis valores, lo lamentaría ya no por la otra persona, sino por mí. Estaría faltándome a mí misma, que en última instancia es quien realmente tiene derecho a juzgar mi propio comportamiento.
Tú haces lo que quieres
Tanto si va acorde a nuestros pensamientos y valores como si no, tanto si estamos en condiciones como si no, podemos elegir decir sí o no a la persona que pide. También hay derecho a elegir cobrar si así se considera oportuno (a no ser que tu corriente mágica te aconseje no hacerlo), y hay derecho también a darle a la persona un hechizo que pilles por ahí y decirle «hazlo tú, que puedes, ¡ánimo!». Eso hice yo la primera vez que me lo pidieron, y la persona se quedó la mar de conforme y agradecida. Se puede demostrar a una persona que es capaz de hacer las cosas, aunque sea su primera incursión con la magia, sobre todo si le damos instrucciones completas.
De todas formas y para finalizar, aclaro que no estoy a favor ni en contra de hacer trabajos mágicos para otras personas. De hecho, creo que hago más trabajos mágicos para mis amigos y familiares que para mí misma. Lo que pasa es que resulta raro eso de que te contacte una persona ajena o que te conoce poco para pedir este tipo de «servicios», sobre todo si no te dedicas a darlos. Sea como fuere, si la persona es un ser humano normal y corriente, con su cabeza bien puesta y sus neuronas en su sitio, entenderá que unas cuantas negociaciones serán necesarias porque la realización del trabajo siempre recae de parte del brujo y existe un derecho a elegir cómo se va a trabajar. Y también entenderá que la mayoría de las veces no se trata de la cantidad de billetitos verdes que nos pongan en un sobre, sino que más bien se trata de los valores individuales por los que se rige la persona que va a hacer la magia.
Hola Clarita!
Acá en Buenos Aires (e intuyo que en buena parte de las ciudades grandes de america del sur), es bastante común que cuando se sabe que eres «brujo» te pidan este tipo de cosas. También hay abundante oferta profesional. Algunos clasificados de los periódicos tienen una sección especial para este tipo de cosas. Carteles en las calles hay miles «Brujo del amor, amarres fuertes y satisfacción garantizada» «Vidente natural, trabajos y amarres, tarot, runas» y un largo etcétera.
Lo tradicional es que sean precios exorbitantes (gente que pide créditos a lugares de pocos requisitos para pagar el trabajo, y luego cae en deudas impagables…), y que se haga una mímica de lo que sería un ritual o hechizo, usualmente con entrañas de animal, uñas o pelos de la persona objeto del trabajo, etc.
En mi experiencia, son puras estafas. Genera un mercado doble: yo te hago un amarre, tu contratas a un brujo para romper el amarre, etc. A veces terminan siendo las mismas personas, o dentro de un mismo círculo de conocidos.
Todo esto aumenta cuando el país está en crisis. Acá en 2001-2003, era terrible. Si yo me hubiera dedicado a eso en esa época, ahora sería una persona de muy buen pasar.
No conozco a nadie que haga estas cosas «en serio», y eso que llevo ya casi 15 años practicando abiertamente la magia de una forma u otra. Se juega mucho con la desesperación de la gente.
Cuando alguien me viene a pedir esto, lo que hago es primero escucharlos, luego sacarme la duda (una tirada de tarot, alguna pregunta de astrología horaria, etc.). Si la persona viene a pedir un trabajo, a esta altura sabe que no lo necesita. Prefiero que busque la ayuda psicológica que necesita antes que mágica. Si viene porque cree que «le han hecho algo», tiene que quedarle claro que no es el caso, con los resultados de las lecturas. Usualmente esto ya es sufuciente para que la persona comience a entender de dónde vienen sus problemas.
Mi perspectiva es que una buena parte de la efectividad del trabajo mágico viene del involucramiento emocional, espiritual y personal del practicante. Hacer algo «para otro», no da ese mismo nivel de correspondencia. La fuerza y pureza del objetivo de la operación también se ve comprometida cuando es algo para un tercero desconocido. No digo que sea imposible, pero si que se requiere de alguien muy dotado, o muy entrenado. Ambas cosas son harto poco comunes. Ergo: el grueso son chantas. Impostores. O simplemente gente con problemas mentales propios que «se la cree».
En fin. Es un tema largo 😉
Quiero hablar en secreto Con usted si me puedes hablar ppt chat
Espero que no sea para pedir hechizos, pues no me dedico a ello. 🙂
Muchos brujos terminan mal, por meterse con «personas» que no deberían. El odio de su entorno le crean un mal karma. Los trabajos que realizan, algunos van y muchos les regresan y tienen que vivir protegiéndose, y si tienen una cuenta muy larga de males hechos, peor aun. No todos a los que realizan sus «trabajos» son victimas, solo hace falta que terminen enviándole algún daño por encargo a alguien que sabe de estas cosas, y terminan bailando la tarantela. Conozco el caso de un brujo que comenzó a hacerse temido por estos lados, hasta que le fueron a pedir un trabajo «fuerte» para matar una persona. Este joven brujo puso un costo muy alto a tal encargo, que seria una casa en un vecindario muy pintoresco. Al tiempo sabia de que ya estaba viviendo en esa casa, dejando intuir con ello, el resultado del trabajo. Persuadido de su poder, empezó a realizar sus trabajos olvidando la regla de oro de protección en magia; LA PRUDENCIA. Un conocido que maneja un taxi me contaba que esta persona lo contrataba para llevarlo de noche, a lejanos cementerios, en donde veia y escuchaba muchas cosas, muy probablemente autosugestionado por sus temores. Esto fue así, hasta que se le termino el darma en su haber. Hoy descansa en paz, fallecido por males desconocidos este joven brujo. Es muy común ver a brujos y brujas, hechiceros, wicanos, operadores de reiki, etc, etc, perseguidos con la idea de que lo están atacando, cuando en realidad son las propias defensas psíquicas naturales de muchas personas a las cuales ha atacado que simplemente se están liberando del condicionamiento impuesto por esta persona. Hay personas que saben de magia y lo que hacen cuando le encargan un trabajo, es ordenarle una serie de cosas para que haga el «paciente», para con ello poner en acción sus propias defensas naturales y realizar la magia a través del consultante, moviendo de ese modo la energía estancada y modulada por los propios deseos del que solicita el trabajo y con ello se libran de algún tipo de karma rebote. Funcionarían algo así como un asesor. En mi caso, no realizo trabajos a nadie, mucho menos para hacer daño. Si considero que alguien necesita ayuda paranormal, procedo. Bastante ya tengo transformando hasta los confines que abarca la conciencia de mi voluntad en la vida que me ha tocado vivir. SALUD, DINERO y AMOR, son las cosas que hacen feliz a cualquier humano. Hay personas que curan, otras que saben los medios de hacerse amar o lograr que alguien ame a una determinada persona, y algunos otros lograr temporalmente un buen pasar, con abrecaminos o por el estilo. Un Mago verdadero sabe servirse de esos 3 aspecto y como humano ser feliz, por ello no tiene necesidad de cobrar por sus trabajos, porque sabe vivir de la magia, SALUDABLEMENTE, CON PODER ADQUISITVO, Y AMADO.
Si pudiera, subrayaría de tu comentario esta frase: «Bastante ya tengo transformando hasta los confines que abarca la conciencia de mi voluntad en la vida que me ha tocado vivir.» Creo que ahí has dado en el clavo del asunto.