Yule es uno de los festivales anuales o sabbats dedicados a la figura del Dios, concretamente a la del Dios renacido. Como sabemos, el Dios baja al inframundo en Samhain y es ahora, en el Solsticio de Invierno, cuando vuelve a renacer de la Diosa. La figura del Dios está íntimamente ligada al Sol y este renacimiento se produce en la noche más larga del año: a partir de este momento, la cantidad de horas del día irá en aumento hasta Litha (Solsticio de verano), cuando el proceso será el inverso. En este post ofrecemos algunas ideas para la realización de este sabbat, principalmente para sus actos de poder, así como correspondencias para el sabbat.
Correspondencias del festival
Colores: Rojo, verde, blanco, plateado, dorado, amarillo y naranja.
Comidas: Pavo asado, galletas, frutas, cerdo, cerveza, manzanas asadas y ponche caliente.
Símbolos: Tronco de Yule, ramas de árboles perennes, coronas de flores, acebo, muérdago, velas doradas, cestas de frutas, poinsettias, ramitas de canela, hiedra, ruedas, agujas de pino o de abeto.
Inciensos: Pino, cedro, romero, enebro, canela y frankincienso.
Velas: Rojo, verde, blanco y dorado.
Gemas: Rubíes, ojo de tigre, circonio, turquesa, esmeraldas y diamantes.
Divinidades: Atenea, Attis, Dionisos, Frey, Freya, Hathor, Lucina, Osiris, Wotan y el Dios Astado.
Tipos de trabajo mágico que pueden realizarse: Paz, armonía, amor, felicidad, curar enfermedades, mirar vidas pasadas, meditación, cantar alrededor del fuego, y todas las metas y logros que queramos conseguir durante el año.
Herramienta: Campanitas.
Ideas para actos de poder
Los actos de poder se realizan dentro del ritual, tras haber trazado el círculo, llamado a los guardianes e invocado a los Dioses. Son el momento más importante: la celebración en sí. Yule es la fiesta de la esperanza, hay que estar esperanzados y sobre todo se trata de pasarlo bien.
– El rey roble y el rey acebo:
Algunos actos de poder que pueden realizarse en algunos sabbats consisten en la representación teatral de un mito. En este caso, se puede representar el mito del rey roble y el rey acebo. De acuerdo con Robert Graves en su obra «La Diosa blanca», existen dos reyes: el rey roble y el rey acebo, que representan el verano y el invierno. Cada vez que la rueda gira, ambos luchan por su supremacía y por el favor de la Diosa, hasta que uno vence al otro. Así, durante el solsticio de invierno, el rey roble vence al rey acebo y de su sacrificio nace el Sol y la Luz; mientras que durante el solsticio de verano el proceso es el contrario.
Para este tipo de actos de poder es necesario que una persona represente al rey acebo y otra persona al rey roble, preferiblemente hombres, aunque si no hay hombres en el círculo una de las chicas puede disfrazarse. Una tercera persona será la Diosa, que estará de espectadora en todo el rito. El rey roble irá vestido como un Dios de la fertilidad, similar al hombre verde, mientras que el rey acebo es más parecido a la clásica figura de Santa Claus: viste de rojo y lleva acebo en la cabeza.
De lo que se trata en este rito es de representar la lucha de los dos reyes. Los integrantes del círculo pueden inventarse el diálogo para que resulte más divertido, pero básicamente la secuencia es que el rey roble debe retar al rey acebo en combate y vencerle. Por supuesto, el combate ha de ser teatralizado (¡que nadie se haga daño!), y, finalmente, el rey acebo, ya derrotado, entrega su Luz a la Diosa mediante la Luz de una pequeña vela o una cerilla, que la debe consagrar y entregar al rey roble para que éste prenda la llama del Sol. Después, todos le cantan y celebran la llegada del Sol, representada por la vela que acabarán de encender entre los tres.
– Cánticos de saludo al Sol:
Otra idea para esta fiesta puede ser cantarle al Sol. Ésta es la noche más larga del año, y algunos grupos esperan toda la noche despiertos para asegurarse de que el Sol nace por la mañana. Pero antes de esto, han realizado un ritual para animar al Sol a nacer. Normalmente se le anima como se animaría o calmaría a un niño pequeño: cantando. ¡Recordemos que el Sol está recién nacido! Esto puede ser similar a los tradicionales villancicos, aunque con un toque mucho más pagano.
Para este ritual necesitaremos un buen repertorio de canciones. No importa lo mal que cantemos, porque siempre podemos tocar la pandereta, el bombo, o sencillamente tocar las palmas, lo que importa es pasar un buen rato mientras animamos al niño Sol. Las canciones tienen que ser alegres: desde nanas infantiles hasta canciones de la estación. Si se acompañan con un baile o si alguien se arranca a bailar, tanto mejor. También es necesario que todos conozcan las canciones para que la mayoría se anime a cantar, porque se trata de elevar la energía con la vibración de la música y el baile.
Una vez llegada la canción elegida para ello, y tras haber festejado y bailado de lo lindo, todos los miembros del círculo encienden una vela pequeña, y juntos encienden una vela más grande que será la que represente al Sol. Se puede seguir cantando todo lo que se quiera tras esto, es más, es aconsejable. ¡Inclusive se puede permanecer en el círculo hasta que el ansiado amanecer llegue! Si el sueño no vence a los participantes, claro.
– Augurios de la rueda:
Otra idea para realizar en Yule es un círculo de augurios. Un augurio es una señal interpretable a partir de un determinado símbolo. Este tipo de actos de poder se pueden hacer con mucha gente, y se hacen normalmente para descansar de una actividad anterior más movida o divertida, porque es bastante tranquila. Es una actividad similar al amigo invisible.
Cada uno de los integrantes debe llevar al ritual un paquetito pequeño, envuelto, con un regalito dentro y una nota con una frase si se desea. Los regalitos, que serán de pequeño tamaño, se meten dentro de una bolsa opaca, y cada uno de los presentes irá eligiendo un regalito cada vez, ¡sin mirar dentro de la bolsa! Cuando todos tengan el suyo, deberán abrir el paquete y, cuando todos tengan su regalo, se abrirán y se verá qué le ha tocado a cada uno.
La gracia de los regalos es que representan un augurio de la rueda que ha de venir, a veces incluso siendo un símbolo de una actividad que debemos explotar o realizar dentro de la rueda que comienza. Por ejemplo, si a una persona le toca una pequeña figura de un búho, quizá deba investigar acerca de su significado.
Precioso como siempre Harwe 🙂