A estas alturas, creo que todo el mundo en España ha visto las machaconas imágenes de la campaña de publicidad contra las pseudociencias que han hecho desde el Ministerio de Sanidad. Pero, como hay mucha gente que me lee desde otros países, voy a compartir algunas imágenes para poner en antecedentes a todos. Asimismo, sé que este artículo estaría mejor en vídeo, pero ya sabéis que soy de escribir. Así que os animo a ir a por una taza de vuestra bebida favorita y tomaros estas líneas con algo de filosofía, porque auguro (por algo soy bruja) que esta entrada va a ser larga.
Aquí está el anuncio en formato vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=3uon7hnujzA
Y aquí os dejo con la imagen que están poniendo en prácticamente la totalidad de las marquesinas del país. Se dice, se rumorea, se comenta, que cargan contra los negacionistas del cambio climático (esto me parece súper bien) y contra la homeopatía, pero sobre todo lo que he visto es esto:
Antes de entrar en materia, me gustaría decir que soy pro-Ciencia. Gracias a los avances impulsados por ella tenemos la calidad de vida que tenemos, nuestras existencias en este mundo han pasado a ser más largas, fructíferas y felices, y la gente no muere con tanta frecuencia de resfriados comunes. Gracias a la Ciencia, tenemos más hijos sanos y vivimos nuestra vejez con más vitalidad que nunca. Los científicos sufrieron muchas persecuciones injustas en la Historia y, finalmente, se demostró que tenían razón en mucho: la Ciencia podía dar respuesta a multitud de temas, nos ha ayudado a entender mejor el mundo que nos rodea y nos ha dado una visión sin la cual ahora mismo estaríamos en la Edad Media.
La razón del enfrentamiento entre Ciencia y Religión vino porque la segunda pensaba que era la única forma de explicar el mundo. Y se equivocaba. Y durante muchos años, ambas formas de entender este Universo han convivido de manera armónica, porque es completamente posible ser científico y creer en una entidad (o entidades) superiores, llamémosla Dios o Diosa para acortar. Ambas dos creencias, Ciencia y Religión, tienen sus reglas del juego, y mientras una no opaque a la otra, todo irá bien.
Y ahora algún científico me dirá que qué es eso de que la Ciencia es una creencia. Y ahora es el momento que todos mis amigos y conocidos esperaban: cuando cuento «la anécdota».
Estaba yo un día en clase de Antropología Simbólica en la Universidad, cuando mi profesora de esa asignatura nos contó cómo unos indígenas de una tribu (que ahora mismo no recuerdo pero algún antropólogo había estudiado), decían que las mujeres quedaban embarazadas cuando iban a por agua al río, pues un pez se les metía por la vagina. Era muy importante que el papá de la criatura mantuviera relaciones con ella durante el embarazo, pues el semen alimentaba al pez que después sería el bebé, y además este semen se convertía en el postparto en la leche materna. Era una forma muy bonita de involucrar a la pareja en el embarazo, creando un vínculo entre padre e hijo/a, y además se explicaba el parecido entre ambos (si lo había) porque el alimento del padre había hecho eso posible.
Tenía detrás de mí a un compañero que empezó a reírse de esta historia. Le dijo a la profesora que le parecía cómica la explicación que daba esta tribu a la creación de nuevas personas, y que alguien debía ir a explicarles cómo se hacían los niños en realidad: con un espermatozoide y un óvulo durante las relaciones sexuales. La profesora le retó y le preguntó cómo demostraría eso y el chico contestó que mostrando los gametos femenino y masculino con un microscopio. La respuesta de la profesora fue «y entonces le enseñarías el espermatozoide y, primero, te diría que le estás mostrando algo que puede ser falso, porque no entendería lo que es un microscopio y, después, te diría que, efectivamente, ese es el pez de las leyendas de la tribu». Nuestra profesora nos explicó que la gente tiende a tomar la explicación más sencilla y acorde con su forma de entender el mundo y que la Ciencia, en realidad, es uno de tantos sistemas de creencias que existen. En Occidente, es uno de los más extendidos, por no decir el más extendido. Pero tiene dogmas, igual que la Religión, y a esos en Ciencia los llamamos axiomas. La Ciencia hoy día, por tanto, está muy cerca de ser una Religión y para algunas personas lo es. Por eso, y por tantas cosas que ha hecho por todos nosotros, merece respeto y alabanza.
Así pues, el problema con esta campaña no es la comunidad científica, porque hay muchos científicos que entienden todo esto (entre ellos, mi profesora de Antropología Simbólica) y es su trabajo. La razón por la que la comunidad pagana hemos saltado como fieras ha sido porque la campaña pone a negacionistas del cambio climático, homeópatas y astrólogos, entre otros, en el mismo saco. Cuando en realidad tenemos poco que ver. También incluye a los Hinduístas, por cierto, porque el anuncio en vídeo repite un supuesto mantra en el que se menciona a Ganesha, que es un dios hindú.
Y si jugamos con las reglas de la Ciencia y argumentamos que «vale, de acuerdo, la Astrología no es Ciencia porque no sigue el método científico», pues entonces, queridos publicistas que habéis ganado la campaña del Ministerio de Sanidad, es una creencia para los grupos reconstruccionistas mesopotámicos (que los hay), así como para casi todos los paganos. De tal manera que ahora os veis en el brete de haber hecho una campaña con odio religioso, todo por no documentaros bien. Y no os veo decir nada ante la negativa de los Testigos de Jehová a recibir transfusiones de sangre. Perdonadme por la frase, pero manda huevos el doble rasero.
Creo que hay miles de formas más positivas de hacer que la gente tenga espíritu crítico. Se empieza por fomentar el espíritu crítico uno mismo, leyendo e informándose sobre creencias religiosas antes de lanzar una campaña que mata moscas a cañonazos. Comprendo, y comparto, que es horrible ver a gente morir de cáncer porque ha rechazado un tratamiento, en favor de una terapia alternativa que se vende como milagrosa, pero entonces lo que hay que hacer es decirles a los pacientes que, por favor, no abandonen los tratamientos, y que estos son efectivos.
Sobre todo, se arregla invirtiendo más y mejor en terapias médicas y en el talento de los científicos, porque mucha gente dice que no a la Medicina porque la forma de atacar a ciertas enfermedades asusta mucho. El paciente, aunque se cura en muchos casos, pierde calidad de vida durante el tiempo del tratamiento y hay quien se cansa de terapias invasivas y dolorosas. Los «magufos» (lo utilizo aquí para reírme del término) sabemos que necesitáis toda la ayuda posible para seguir salvando vidas, pero el problema no somos nosotros, sino los que os niegan el pan y los fondos para seguir avanzando. Y los publicistas de esta campaña, que os hacen un flaco favor.
Yo también me sorprendí cuándo vi ésta campaña y el dineral que nos va a costar a todos, cómo bien dices, en vez de invertir ese dinero en mejorar la sanidad que falta nos hace. El mismo día que salió ésta campaña, también salió la de Europa laica, para la no financiación pública de las religiones (aunque más bien deberían llamarla, para la no financiación pública de la Iglesia católica), ¿casualidad?. ¿Porqué le parece bien al gobierno financiar una religion y otras no? 🤷♀️