Llevo varias entradas hablando sobre el tema oráculos, canalizaciones y demás. Hay muchas preguntas sobre las entidades negativas con las que podemos conectar cuando estamos en trance o canalizando, y también viajando entre mundos. Ante todo, creo necesario decir que es normal que las haya. No todo el monte es orégano, no todo el astral es jauja, alegría y diversión. También podemos tener nuestros más y nuestros menos con otras entidades, aunque no sean específicamente negativas.
A veces se malinterpreta el hecho de que yo me tome con tanta tranquilidad lo de canalizar y demás, porque hay gente que piensa que le doy poca importancia. En realidad, lo que quiero es no asustar a nadie. No quiero que llegue un novato, o alguien con curiosidad, y que vea el tema de los espíritus como si fuera algo incomprensible o fuera de su alcance, porque no lo está. Pero claro, hay que tomar precauciones igual que se toman en muchos otros aspectos de la vida. Por ejemplo, no voy por el peor barrio de mi ciudad a las tres de la mañana llevando un maletín con pinta de llevar mucho dinero. Hacerlo sería una insensatez. Tampoco voy buscándole boca a la gente por la calle, porque me puedo llevar una torta, por muy buena gente que sea la persona con quien me cruzo.
En este artículo me voy a centrar en caminar entre mundos y encontrarse entidades en esos mundos, aunque mucho de lo que aquí digo es extensible a los oráculos o a invocar entidades.
La primera precaución la he apuntado en otros artículos y es la higiene mental. Sin seguir métodos de programación mental, llegar a eso tampoco es necesario, aunque si se quiere hacer, no veo por qué no. Siendo conscientes de lo que pensamos y sus porqués (así como de la irracionalidad de algunos de esos pensamientos). Escribir y luego revisar lo escrito, meses o semanas después, ayuda a empezar en nuestros primeros pasos en esta dirección. También la meditación, por supuesto, ayuda a concentrarnos y centrarnos en una idea, facilitando el trabajo mágico y el trabajo psíquico. Esto va en sintonía con lo que ya he dicho muchas veces, y es que aquello en lo que piensas te condiciona, aparte que la energía se maneja mediante el pensamiento. La disciplina es clave en este tipo de prácticas, porque la consistencia en la práctica es buena, igual que entrenar un día en semana no te hace mejorar en tu capacidad muscular.
El segundo precepto que suelo tener a este respecto es que hay que tener una cierta higiene personal, tanto física como astral. Cualquier tipo de purificación previa es bienvenida. Cualquier tipo de purificación posterior, también. Llevar un artefacto mágico tipo amuleto puede ser beneficioso, porque ayudará a centrar nuestras energías protectoras en nosotros mismos. La higiene del entorno también te ayudará a sentirte más seguro. Hay mucha gente que refiere que un ambiente sucio o desordenado atrae entidades malintencionadas. Tanto si es cierto como si no, limpiar el polvo y barrer nunca va mal, a mí personalmente me gusta tener la habitación donde practico bien limpia, y la casa también, antes de meterme en este tipo de trabajo. Si piensas que un círculo mágico va a protegerte, adelante, hazlo. Yo trabajo de otra manera pero puede que no le funcione a todo el mundo.
En tercer lugar, destacaría que hay que tener respeto. Cuestión de buen gusto y de tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Por otro lado, hay que dar el justo pago o intercambio por la energía, la presencia o los saberes de los espíritus. Las entidades suelen funcionar por trueque y encuentro que éste puede ser muy variado. Desde Reiki hasta una ofrenda, se pueden pedir muchas cosas a cambio de lo que obtenemos. Sobre el Reiki, encuentro que no a todas las entidades les gusta y no sé por qué, aunque en la mayor parte de los casos es bien recibido. No tengas miedo a hablar o a preguntar, no tengas miedo incluso a regatear. Si la entidad dice que no quiere Reiki, ofrécele otra cosa. Y establece que se lo das en el momento. Leí el otro día un artículo en el que se decía que una entidad había querido cobrar la ayuda o la asistencia en «incómodos plazos» después del encuentro entre el practicante y el espíritu. No me ha pasado, pero nunca está de más establecer una expectativa y tener las cosas claras.
Por último, siéntete libre para decir «no». Recuerdo que en una ocasión quise empezar una devoción con un dios, pero a cambio de su favor me pidió algo que no podía darle. Y le dije que no. El trato no llegó a materializarse. No fui irrespetuosa, simplemente rechacé la oferta al no poder pagar y así se lo dije.
Son cuatro pasos sólo los que yo explico aquí, pero puede que haya personas que usen dos de éstos y otro adicional, o que no usen ninguno, o que crean en otra cosa. Simplemente, haz lo que consideres. Tu práctica psíquico-mágica es tuya, y lo que funciona para ti puede no funcionar para mí.
Me encantas tus articulos, siempre tan instrutivos y ciertos.
Muchas gracias, Dánea. Me alegra que te guste.