Atención: En este artículo voy a retractarme de cosas que he dicho en público en el pasado. Y no, no es el día del juicio. O eso espero.
Hace unos años, andaba yo por el foro de Wiccanos cuando de repente vi un post sobre la posible existencia (o no) de Aradia (sí, la del Vangelo), como una persona real. La hipótesis que barajaba el posteador (ahora anónimo, porque no recuerdo quién era, y si está leyendo esto quisiera decir «¡Hola, posteador anónimo!») era que Aradia había sido una lideresa liberadora de la región italiana de la Toscana. Ahora mismo, la verdad, no me acuerdo muy bien de toda la conversación, pero recuerdo que mi posteador anónimo aportaba pruebas de diferentes autores indicando que sí había existido.
Este tipo de discusiones son como todo. Yo creo una cosa y doy mis argumentos, el otro cree otra y da sus argumentos. Mi idea sobre Aradia, tradicionalmente, ha sido la que me han enseñado, y es que la buena señora era una figura alegórica. Defendí ese punto de vista con uñas y dientes y, creedme, puedo ser muy cabezota e incluso esgrimir argumentos tales como «La ciencia está en continuo movimiento, y con frecuencia se desdice a sí misma», o el muy conocido por mis amigos «es sólo una hipótesis, no significa que sea una ley». Pero, para qué os voy a engañar, principalmente mi argumento era que el tema de la alegoría era lo que me habían enseñado en mi Tradición. Y eso, claro, son las creencias de uno, así que desdecirlo duele muchísimo. Pero para el otro muchacho el asunto era exactamente el mismo: también se trataba de sus creencias. Ay amigos, qué contrariedad.
Pues ahora es cuando viene esta Yo del futuro, a decirle a ese posteador anónimo y a mi propio Yo del pasado que, tanto si Aradia existió como si no, nada de eso importa. Se trata de una discusión inútil. Y hoy lo he recordado leyendo otro debate parecido.
Estábamos en facebook comentando sobre Loki y un amigo ha dicho que Loki ni siquiera era un dios y no había recibido culto. Vale, perfecto. Pero, ¿y ahora? ¿Ocurre esto? ¿Por qué estoy encontrando artículos, webs, libros enteros, dedicados a Loki como si de una figura divina se tratase? Y es más, ¿por qué encuentro a otras figuras divinas que en el pasado ya no es que no se consideraran dioses, sino que ni siquiera existían?
Hace ya unos años que vi al Canciller de mi tradición hablar de Asfalta (en inglés, Asphalta, por si queréis más información y os apetece buscar algo sobre ella). Se trata de la diosa contemporánea de los semáforos y los estacionamientos. Sé que en Estados Unidos de América algunos grupos la tratan como a una diosa, con sus altares y todo. Sé que se ha trabajado mucho energéticamente para convertirla en diosa. Hasta hay libros publicados sobre «Cómo hacer nuestra vida más divertida encontrando dioses«. Hace unos años escuché conversaciones sobre divinidades artificiales, y yo estaba bastante en contra de ello. Como mi Yo de entonces, habrá mucha otra gente que siga viendo esto como una aberración.
¿Sabéis qué? Tienen todo el derecho a verlo de esa manera. Pero también los demás tienen todo el derecho a venerar a sus dioses como quieran, en el aquí y ahora.
Así que, a pesar de que es muy válido decir que no se rinde culto a un dios que no fuera un dios hace quince siglos, creo que también se tiene derecho a elevar a los altares a quien sea. Y vuelvo a Aradia: creo que decir que existiera como persona puede ser interpretado como una necesidad de hacerlo más real, cuando se duda de aquello en lo que se cree. Si se quiere creer que existió, es perfecto, pero en realidad es lo de menos. Porque no importa. Lo importante es que el culto a Aradia tiene sentido ahora.
Los dioses han cambiado igual que cambiamos nosotros. Si nos miramos en el espejo del Cristianismo o del Islam (por aquello de que son religiones con cierto tiempo), veremos que no se parecían mucho a lo que se practica ahora. A nosotros nos va a pasar igual, más aún si vivimos en tiempos diferentes y veneramos a entidades todavía más antiguas.
Creo que es más sano preguntarse si lo que tenemos en casa, en nuestra práctica, nos hace felices, que seguir debatiendo en foros sobre la existencia o no de una señora en el año de Maricastaña. Al final, hacemos esto para buscar una felicidad personal y no para entrar en debates sobre las creencias, que son algo muy personal y que afecta a la gente de una forma mucho más visceral.
Muy bueno, una vez más gracias por compartir tus reflexiones. Nos vemos en el camino, un saludo.
He leído este artículo ayer e iba comentarlo justo después, diciendo que no puede ser, que cómo el Espagueti Volador iba a ser merecedor de culto alguno, que qué es eso de Asfalta, que qué aberración… Pero decidí no hacerlo y meditar sobre todo ello.
Acabo de volver a leer el artículo y he reflexionado sobre todas las veces que se me ha juzgado e intentado ridiculizar por venerar a un árbol, o por estar segura de las piedras tienen su propia alma y me he dado cuenta de que es exactamente lo que yo estaba haciendo con divinidades y creencias ajenas. Incluso con religiones monoteístas.
Al fin y al cabo, no son más que formas de vivir una vida ya de por sí complicada. Son formas de expresión de la espiritualidad y nadie tenemos derecho a decir quién está equivocado y quién no.
Así que muchas gracias por escribir este tipo de reflexiones, que hacen que algo se remueva por dentro.
Sólo por este tipo de mensajes merece la pena decir lo impopular o lo calificado como incorrecto.
Muchas gracias.
Esto me recuerda a DINANUKHT o al MONSTRUO DE ESPAGHETI VOLADOR, que son 2 dioses bastante recientes, el primero es un dios mitad hombre, mitad libro que pasa el tiempo leyendose a si mismo y el segundo es un monstruo de espagheti volador (no tiene sentido pero tampoco lo necesita).
Muchas gracias por la reflexion, por cierto, voy a comprarme tu libro «El poder de los elementos»
¡Hola!
Efectivamente, los dos son dioses bastante nuevos por así decirlo.
Espero que el libro te guste, es para principiantes pero siempre puede venir bien revisar conceptos. 🙂
Abrazos.