Por mi trabajo, estoy constantemente formándome, incluso teniendo que admitir cosas con las que no estoy de acuerdo, como que necesite otro (¡otro!) curso de Inteligencia Emocional. Y luego acabo dándome cuenta de que el reciclaje constante hace falta.
Vivimos en una sociedad en la que nuestros padres, a los de mi generación, nos decían «estudia una carrera y ya está, lo tienes todo hecho, no tendrás que estudiar más, sólo trabajar». En ese tiempo en el que estudiabas, aunque fueras productivo, eras considerado una lacra económica. Eras un aprendiz, una persona no completa, un individuo en desarrollo y no realmente alguien pleno en tus facultades. El aprendizaje es todavía considerado un estadio inmaduro de la persona por muchos, que ven mal que sigas aprendiendo.
Sin embargo, veo en mi puesto de trabajo, y también en el Paganismo, que seguir aprendiendo es una pieza clave del desarrollo personal y del camino. No siempre se aprende con libros, eso sí, pero otras veces sí que se hace. Leer, reflexionar, meditar, practicar, vivir… son formas de aprender. En ocasiones, ese aprendizaje se da por un suceso de la vida, porque la vida es una gran maestra y es la mejor escuela. Otras veces, ese aprendizaje se da viajando o hablando con amigos. Soy consciente de que soy muy crítica con las intromisiones ajenas en la vida y el pensamiento de uno, pero no siempre las conversaciones o las interferencias ajenas son negativas: mientras todos sean libres para pensar y se responsabilicen de la realidad que crean, al final todo estará bien, tanto si se piensa de manera independiente como si no.
Quisiera trazar, de todas formas, una línea entre el aprendizaje y la titulitis. Se ha dicho mucho en los mentideros paganos que éste o aquel tiene titulitis. Pues bien, que me acusen de titulitis si les da la gana porque estoy en varios sitios y no me da vergüenza decirlo. En realidad, de lo que no me avergüenzo es de ser una eterna aprendiz, de buscar otras formas de abrir mi mente y de intentar salir constantemente de mi zona de confort.
Y honestamente y siendo fiel a mi estilo, diré algo fuerte: para mí, que en este país se tilde de titulitis al buscador sincero, al que quiere seguir aprendiendo pese a tener iniciaciones y hasta puestos en tradiciones organizadas, me parece fomentar la mediocridad, en la cual nos encanta regodearnos. Una cosa es querer tener todos los títulos del mundo o que una tradición en particular sea exclusiva (y con todo su derecho de serlo) y otra cosa, muy diferente, es que se coarte el aprendizaje de la gente para que no te señalen con el dedo cuando se está en una tradición no exclusiva o cuando no es incompatible con lo que ya se es. Para mí, titulitis es pegarle con los títulos en la boca a todo el mundo a la primera de cambio. Es como «hola, no me conoces de nada, pero me llamo Harwe y hago chorrocientas mil cosas». Al final, la gente quiere conocer a la persona y a la mayor parte de ellos no les interesan tus títulos, por mucho que dentro del contexto de un grupo o una organización sí que tengan sentido. Fuera de mi Tradición no importan los premios que haya ganado ni la cantidad de parches que tenga en mi estola, sino que importan otras cosas. O eso pienso yo, ésa ha sido mi experiencia y mi evolución ideológica hasta el momento.
Entiendo que la Wicca Correlliana es mi zona de confort, llevo trece años en la Tradición y he hecho un montón de cosas dentro de ella, es mi casa y mi familia, y me ha visto desarrollarme como mujer y como persona. Me han dado un montón de reconocimiento interno por haber trabajado como una (insértese aquí palabra malsonante). Estaré eternamente agradecida por la educación pagana que me han dado, por ayudarme a vivir de manera libre y a pensar de forma independiente (cosa que agradecemos especialmente los introvertidos), pero he de admitir que tengo que seguir aprendiendo, que es un impulso que tengo. Y no es que la Wicca vaya a dejar de ser mi religión, eso es otra cosa. Es que necesito seguir estudiando, practicando y experimentando. Disfrutando del aprendizaje, aunque a veces requiera que me repitan diez veces la misma cosa, aunque tenga que revisitar temas, ahora con 34 años, que pensaba que estaban superados desde que tenía 22. Creo que ese ejercicio me ayudará a hacer las cosas mejor dentro de mi propia comunidad también.
Con esto me gustaría animar a quienes me leéis a seguir aprendiendo. No tengáis miedo de lo que digan los demás, al final todos somos buscadores y todos tenemos derecho a seguir adelante. ¿Que estáis en una tradición no exclusiva? Bien. ¿Que estáis en una tradición exclusiva? Bien también. Siempre habrá lugar para aprender cosas nuevas, salirse de lo establecido, experimentar. Si estudiáis con alguien, entonces buscad su consejo y su guía, porque a las personas que dan clase que conozco les encanta que sus alumnos y compañeros de viaje tengan inquietudes. Explora y siéntete libre. Que tu objetivo no sea ningún título, que tu objetivo sea aprender por aprender, por el gusto de hacerlo, que da muchas satisfacciones.
Uno aprende hasta qe se hace UNO con el UNIVERSO… entonces todo es revelado. Fin del camino.