El otro día escribí una entrada sobre las dificultades de trabajar con arquetipos de la manera en la que lo estamos haciendo actualmente en la Wicca. La podéis leer aquí. Intenté que fuera una llamada a la cautela por el encasillamiento que veo que se realiza a dioses que son de otras culturas y tiempos, que tiene muy buena fe, pero que creo que puede llevar a los principiantes a una concepción sesgada y reduccionista de lo que significa tener un aspecto politeísta.
Tras mi entrada, me abrieron un privado vía facebook preguntándome cómo es que yo considero que los arquetipos son erróneos. No considero que sean erróneos, contesté, sólo creo que hay que tener cuidado con los encasillamientos, intentar no usar los arquetipos como estereotipos. Luego me preguntaron si yo considero que el uso de arquetipos está justificado en una religión como la nuestra y contesté que, sin dudarlo, sí.
Esto a priori puede parecer contradictorio. ¿Cómo es que, por un lado, digo que los arquetipos se deben usar con cautela y, por otro, que son válidos? Pues porque creo que ambas concepciones no tienen nada que ver.
Por un lado, tenemos la costumbre de encasillar a dioses en arquetipos. Esto es con lo que digo que hay que tener cuidado porque no es perfecto y puede llevar a confusiones, especialmente cuando las personas encargadas de diseminar la información lo hacemos en un medio muy inmediato como internet.
Por otro lado, está el hecho de que los arquetipos sean los que son, y ahora veréis por qué pienso que éste es un concepto muy diferente del que expongo en mi anterior entrada. Los arquetipos no existían en la cultura antigua en la manera en la que los vemos hoy en día. Nuestra concepción del arquetipo se la debemos a muchos pensadores, sobre todo de la Edad Contemporánea. Entre ellos, Jung y, el que más influyó en la Wicca, Graves. Muchos coetáneos usan los arquetipos para sanar y para que nos sintamos en sintonía con determinadas energías, pongo el ejemplo de Jean Shinoda Bolen a este respecto. Que no existieran en las culturas antiguas (razón por la cual la mayor parte de mis amigos reconstruccionistas me diga que no creen en arquetipos, cosa totalmente válida por el contexto de su creencia) no significa que no existan hoy en día, en nuestra cultura wiccana de hoy. Para ilustrar por qué este modelo no existía antaño pero existe ahora, usaré una frase de ficción:
«Claro que está pasando dentro de tu cabeza Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?»
– Albus Dumbledore a Harry Potter, en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.
Dentro de nuestra cabeza wiccana, debido al tirón del modelo de Graves (Doncella, Madre y Anciana), ahora mismo existen arquetipos. Son una realidad. Vale que no existieran en las culturas antiguas, vale que no se puedan meter a las divinidades en esos «sacos» artificiales que hemos creado, pero eso no significa que esas energías no sean reales. Son reales en tanto que creemos en ellas.
Por tanto, existen las energías de la Doncella, la Madre y la Anciana, y se pueden usar en rituales, aunque no significa que sea exactamente correcto desde el punto de vista histórico y mitológico decir que Hécate es Anciana, Brigit es Doncella y Parvati es diosa Madre. Que esté en nuestra cabeza, en nuestra forma de ver la Wicca hoy en día, no significa que deje de ser real. Lo que hay que intentar es no perder de vista que es difícil hacer una clasificación sin que se pierdan muchas de las atribuciones básicas de las Divinidades. En el momento en el que metemos algo en una caja con unas características dadas, perdemos la posibilidad de que estuviera en el resto de las cajas, parecido a lo que se suele denominar en Economía coste de oportunidad.
¿Cómo trabajaría yo con los arquetipos?, me preguntaron. Como divinidades aparte, no como cajas. Es lo único que se me ocurre para darle un uso no demasiado invasivo y no demasiado tendente a la cosificación y el reduccionismo de lo Divino.
Muy buen artículo (y el anterior también). Veo los arquetipos como los hitos más potentes de nuestra psique y desde luego pueden verse reflejados en los mitos de algunos dioses, pero sin olvidar que estos poseen muchos más datos, más vivencias, más aspectos y, quizá, mayor dinamismo.
Igualmente no hay que olvidar que no sólo existen 7 arquetipos, hay muchos más (a día de hoy no he encontrado ninguna clasificación satisfactoria… supongo que no existe).
Un saludo.