Como parte de un proyecto que estoy llevando a cabo de forma íntima, he estado repasando cosas que escribí hace unos años, tanto en el blog como fuera de él. Me ha sorprendido lo mucho que he cambiado de parecer en estos años, creo que especialmente por dos razones: mi iniciación como suma sacerdotisa y mi relación con otros paganos que han venido a enriquecer mucho mi experiencia como wiccana. Creo que lo primero fue el detonante de todo, mientras que lo segundo ha venido a ser la reafirmación de esos cambios de paradigma que he tenido. Creo que para algunas personas, como sucede en mi caso, hablar con amistades sobre lo que tienen en la cabeza es básico para poder poner en pie sus ideas.
Uno de los grandes cambios que he experimentado ha sido mi relación con la Wicca Ecléctica. Escribí un artículo sobre este tema hace unos años* y fue muy controvertido y comentado en las redes sociales. Leyéndolo ahora, con otros ojos, lo comprendo. Así que he decidido hacer un ejercicio de autocrítica sobre ese artículo debido al trabajo que estoy haciendo, pero con mi perspectiva de ahora, porque este Yo del presente no está de acuerdo con el Yo del pasado. Sé que para muchos puede resultar extraño que una «tradicionalista» aborde este tema, pero me doy cuenta de que la gran mayoría de los tradicionales son bastante eclécticos, fuera de la práctica ritualístico-social establecida por su tradición o iniciador. Eso no les hace eclécticos, pero me doy cuenta de que todos tenemos mucho de ecléctico en el fondo.
No voy a cambiar ni una letra del artículo original, porque es de donde vengo y me muestra cuál ha sido mi evolución en estos últimos años. Éstos son los principales puntos en los que difiero con respecto a mi propia opinión, vertida hace ya cuatro años. Hay muchos más, pero me gustaría ir a los más llamativos para mí:
– El tono del artículo. Del principio hasta el fin, me parece demasiado categórico. Lo siento, Yo del Pasado, deberías haber dicho que era tu opinión.
– Utilizar un diccionario para definir me parece lo más rastrero que se puede hacer. Es como basarse en la opinión de un tercero o basarse en una autoridad como la RAE para darle peso a un argumento. Por otro lado, es presumir que el interlocutor es tan tonto que necesita una definición, lo cual me parece un ejercicio de arrogancia y, a día de hoy, va en contra de mis principios. Y me da mucha rabia cuando lo veo en foros de discusión: un diccionario no te da la razón igual que no te la da la opinión de un autor por mucho prestigio que tenga, sino que creo que los argumentos han de ser sólidos por sí mismos.
– En el artículo original afirmé que «La Wicca es una religión bien definida«. Hoy día, no creo en esta afirmación. La Wicca es una religión en creación, un work in progress que dirían los angloparlantes. Está en constante evolución, y más todavía cuando pones los ojos fuera del mundo hispanohablante. Por otro lado, hay tal cantidad de creencias como creyentes en esta religión, tantísimas, que es muy difícil definir de una forma clara y, es más, me resisto bastante a ello porque quien define es quien domina. Creo que algún día me gustaría hablar sobre la reencarnación y las diferentes ópticas que he escuchado en los últimos años, provenientes de wiccanos, sobre esa creencia que para algunos es tan inamovible, como ejemplo de esta situación.
– La Wicca ecléctica no es creer en arquetipos de dioses y nombrar al “Dios” y la “Diosa” en los rituales para no llamarlos por un nombre. Personalmente, tampoco estoy de acuerdo con esta afirmación porque a día de hoy me considero panenteísta. Y si la Divinidad es divina y puede hacer lo que quiera, puede presentarse como arquetipos si le da la gana. O como entidades con nombre propio. O como un Todo. Sé que hay wiccanos ahí fuera a los que no les gusta el concepto de Panenteísmo y la verdad no les culpo, es complicado y a ratos feo, o incluso choca con sus tradiciones. No pasa nada, no nos vamos a pelear por ello (espero). Aprovecho para saludar a mi mejor amigo, que no se considera panenteísta y es wiccano.
– La Wicca no es una religión a la carta. Sí y no. No creo que sea a la carta en tanto que sigo sin entender las mezcolanzas con religiones que están muy en oposición a nuestras prácticas mágicas o que tienen el concepto judeocristiano de «llenad la tierra y sometedla», o que se creen las verdaderas entre otras cosas. Pero considero que la Wicca es una religión para uno, que luego se puede practicar con otros, claro que sí, pero principalmente es el camino de uno mismo y es uno el que tiene que estar a gusto con esa religión. Tiene una parte de personalización bastante grande.
– «Se presupone de un ecléctico que…». ¿Quién presupone? Para mí, escribí esto con el ánimo de establecer unos términos de lo que yo consideraba «buena praxis», pero soy consciente de que no puedo presuponer esto. Muchas personas se hacen eclécticas después de haber leído a autores eclécticos, no significa que todos tengan esta necesidad de ser tan buenos «estudiantes» y empollarse todo sobre las tradiciones. Por otra parte, le estoy dando demasiada importancia en esos elementos a leer e investigar, pero poco a la vivencia. ¿Quién soy yo para poner una lista de deberes a un ecléctico?
Como decía arriba, éstos son los puntos principales, pero creo que no estoy de acuerdo con la forma y con gran parte del fondo. Ha sido un ejercicio interesante e intenso, si bien creo que me hacía falta. Me parece que me demuestra a mí misma que no estoy en el mismo punto que hace cuatro años y que sigo caminando. Es liberador.
(*) El artículo está aquí: http://www.13-lunas.com/2011/04/25/eclecticismo-en-la-wicca/