Hay en mi tradición una oración que se dice en ciertos rituales y para la que hace falta una sacerdotisa y un sacerdote. Y dice así:
«El dios no es más grande que la diosa
Ni la diosa es más grande que el dios
Sino que ambos son iguales
Y ninguno está completo sin el otro».
Y bien, si somos tan iguales, ¿por qué hay tanta mujer en la Wicca? Una vez me dijeron unos amigos que, hasta antes de conocerme, creían que las wiccanas éramos todas lesbianas. De hecho se sorprendieron al ver que yo mantenía una relación con un hombre, y más cuando supieron que mi marido era correlliano como yo. Cuando expliqué lo de la igualdad me dijeron «¿entonces por qué no vemos hombres wiccanos?». La cosa es que hay hombres wiccanos, aunque menos, y hay una aplastante mayoría gay en ellos. ¿Qué pasa con los hombres heterosexuales? ¿Por qué son tan minoritarios? ¿Es que la Wicca es una religión de mujeres y gays?
Me pongo a pensarlo desde el punto de vista de lo que conozco, que es la Tradición Correlliana, y veo que fuera de España hay muchísimo hombre heterosexual y que, de hecho, juraría que hay más hombres que mujeres, así viéndolo por encima. Si valoro lo que sucede en países como España llego a la conclusión de que quizá no enseñamos como sociedad a los varones a abrirse emocionalmente a la experiencia espiritual, o bien que la encuentran en su vida más tarde, cuando han llegado a la vida adulta plenamente y se sienten libres para hacerlo. La cosa es que la edad media de los wiccanos hoy en día creo que no sube de los 30, con lo cual si la mayor parte de mis amigos heterosexuales y wiccanos han empezado un camino de este tipo siendo ya adultos (más o menos sobre los 30 años) es lógico que con la edad poblacional de nuestra comunidad seamos mayoría los gays y nosotras, que quizá estamos menos constreñidos por la sociedad a la hora de encontrar esa llamada espiritual por nuestra relación con nuestra cultura y nuestro entorno a ese respecto.
He escuchado muchas veces que «los chicos no lloran» y ésa se ha convertido en la frase enarbolada por los defensores a ultranza de la figura del «macho». Chicos, queridos míos, sois igual de hombres e igual de maravillosos tanto si lloráis como si no, tanto si rezáis como si no, tanto si expresáis vuestros sentimientos como si no. La culpa no es de los hombres, la culpa es de todos y todas, de lo que enseñamos a los hombres desde que nacen: que no lloran, que no se expresan, que no tienen necesidades espirituales… cuando en realidad la mayor parte de los chicos a los que conozco tienen un riquísimo mundo interior que esconden de la sociedad, porque consideran que los van a ver como frikis. Gente muy filosófica y muy profunda que puede aportar mucho a este movimiento. Creo que algunos sienten que no son merecedores de estar a la misma altura de las personas que, por h o por b, han encontrado a una edad más temprana este tipo de espiritualidad.
¿Qué hacer a partir de ahora? Pues que haya más o menos hombres heterosexuales en Wicca a mí me da igual. Yo ya tengo mi propio heterosexual, y esto ha sonado como «yo ya tengo mi propia mascota». En serio, creo honestamente que debemos tratar a los hombres de una forma diferente a la que venimos tratándolos desde hace mucho tiempo. Sobre todo si queremos llegar a la igualdad como sociedad. Ayudarles, escucharles, apoyarles, y si no quieren hablar, que no hablen, pero que estemos ahí como sociedad para ellos igual que reivindicamos para las mujeres y para los gays y para otros muchos colectivos. Que no se le vuelva a decir a un niño «los chicos no lloran», o «eso es de nenas» al expresar un sentimiento. Que entiendan que tienen toda la libertad del mundo, desde pequeños, para expresar lo que quieran.
Y también dejar muy claro al mundo que ésta es una religión igualitaria. Que lo recordemos las mujeres, que nos vamos a por la Diosa y parece aquí que la Diosa lo es todo. Como le decía hoy a un amigo por facebook, no me he quedado embarazada a base de rezar el rosario. Los hombres, todos ellos, de todas las condiciones y todas las orientaciones, son necesarios en la Wicca y en la naturaleza y en la vida porque son parte de esto. No nos podemos olvidar de ellos. El dios no es más grande que la diosa, ni la diosa es más grande que el dios.