Ser sacerdotisa o ser bruja

Hace unos meses, una amiga (ella sabe quién es, así que aprovecho para mandarle un besazo), me dijo una frase que se me clavó en el alma, a colación de una situación personal:

-Ya no te acuerdas de qué es ser una bruja. Tu problema es que has sido muy sacerdotisa y muy poco bruja durante todos estos años.

Mi amiga me dijo las verdades del barquero. Mientras que las sacerdotisas dependen y sirven a dioses, la bruja se suele servir a sí misma y también depende de sí misma. El foco, en unas y otras, está en un lugar diferente. Y, aunque yo me llamo bruja, la realidad es que he estado actuando más desde el puesto de sacerdotisa. Empezando por la forma en la que me he presentado durante todos estos años al mundo y terminando por el tipo de trabajo que he realizado por y para la comunidad pagana.

Cuando asumes que eres sacerdotisa, tu posición tiene una doble dimensión divina y social. Tu labor es principalmente la de servir, pero también obtienes el favor de la Divinidad a la que rindes culto, porque todo en este mundo es un intercambio de energía. Por otra parte, tu labor también trasciende esa dimensión divina, porque en algunos grupos paganos te conviertes en el vehículo que utiliza la Divinidad para comunicarse con el resto del género humano. Especialmente con el grupo con el que sueles trabajar a nivel de creencias.

Esto no es malo, solo es una forma de comportarse. Tiene mucho sentido hacerlo de esa manera, porque los paganos somos una comunidad de conversos del Cristianismo. Hacemos lo que hemos estado viendo durante mucho tiempo: nos organizamos en grupos jerárquicos, donde hay un grueso de fieles que siguen a un sacerdote, que es quien ha estudiado la naturaleza de la Divinidad. El resto de los «fieles», o los sacerdotes con menos bagaje, siguen a esa persona que tiene más experiencia, considerado un sumo sacerdote. Aunque la teoría dice que todo el mundo suele estar en formación para convertirse en un vehículo divino, es habitual escuchar que el sacerdocio «no es para todos», lo que me lleva a pensar que esa teoría pocas veces se lleva a la práctica.

En contraposición, mi amiga me dijo que la bruja es una fuerza de la naturaleza. Hay que reconocer que esta mujer es una musa. Es una afirmación potente, cargada de significado. Una vez soñé que la Diosa orinaba sobre mis macetas y eso las hacía crecer más fuertes y sanas. Aunque para ti puede que no tenga sentido, ese sueño, para mí, tiene mucho de brujeril. Para el brujo o la bruja, cuando se hace brujería, se ponen hasta los fluidos corporales para hacer que todo salga según lo que se desea. Y sale bien porque uno hace que salga así. Además, no necesariamente tiene que pedir ayuda a Dioses o Diosas, sino que se basta solo o con el grupo con el que trabaje, en conjunción con su saber, conocimiento y energías procedentes de la naturaleza. Y, a veces, los Ancestros.

Por otra parte, cuando he estado en grupos de brujos o los he visto trabajando, siempre ha sido en una atmósfera de cuidado mutuo y colaboración. No digo que esto no suceda en grupos jerarquizados, ni que no haya grupos de brujas tóxicos a más no poder (gente regular hay en todos lados), pero sí he tenido la suerte de sentirme en un verdadero círculo con personas de confianza. Y aquí digo círculo, en contraste con la jerarquía. Es verdad que en estos grupos también se ha dicho que «ser brujo no es para todos», pero en este caso es para señalar que puede que el camino no sea el que la persona necesite, en contraposición a que posea las habilidades para ser un líder, como sucede en los grupos jerarquizados.

Mucho se habla de que la religión de la brujería es una creencia en la que uno es un sacerdote en sí mismo. Creo que tiene mucho sentido: cuando uno deja de estar en una jerarquía, cuando uno deja de necesitar sacerdotes, se convierte en su propio vehículo para contactar con los Dioses. De ahí, que muchas brujas practiquen el chamanismo, que no es un concepto solamente ligado a las creencias nativas americanas, sino que se expresa mediante muchas prácticas a lo largo y ancho del mundo, entre ellas la brujería.

¿Prefiero ser sacerdotisa o prefiero ser bruja? Personalmente, prefiero ser bruja y creo que se nota. Creo que aúna lo mejor de todos los mundos. Sé que he estado caminando, sobre todo, como sacerdotisa, pero creo que llegó el momento de abrazar mi verdadero yo, de transitar el sendero que me hace feliz y en el que, estoy segura, podré ser la fuerza de la naturaleza que siempre supe que era, ya sea sola o acompañada.

3 thoughts on “Ser sacerdotisa o ser bruja

  1. Me ha gustado mucho la entrada, y la frase de que las brujas son una fuerza de la Naturaleza me encanta, he sentido una conexión con ella muy bonita. A mi me gusta ser bruja y el tema de ser sacerdotisa también pero puntualizando. Me gusta mucho rendirle culto a la luna, ser su sacerdotisa, pero desde la soledad, sin estatus, sin líderes. Yo prefiero los círculos a las jerarquías. Muchas gracias por tus posts. Un besito.

  2. Me encantó este artículo, Harwe, siempre tan acertada… ahora te pregunto… aunque ser Bruja no signifique ser Sacerdotisa, podrías decirnos qué es ser una SACERDOTISA y que es ser una BRUJA, según tu conocimiento, criterio y experiencia personal?

    1. Hola, Hazsoly:
      Creo que lo he dejado entrever. Una sacerdotisa sirve a Dioses y a su comunidad y, en menor medida normalmente, a sí misma. Su interacción principal sería con y por los dioses, pues hace de boca de ellos. Es una posición de líder-sirviente. Una bruja se sirve sin duda alguna a sí misma, puede servir a la comunidad (o no), puede creer en dioses como espíritus superiores, pero sobre todo su trabajo es principalmente chamánico. Si tiene algún pacto con algún dios, como es mi caso, puede que no sea en términos de devoto-adorado, sino que incluso puede darse como un pacto entre iguales, de la misma manera que se acerca a todos los demás espíritus (aunque siempre con respeto). Una bruja es una caminante de mundos: del material o físico, porque lo conoce bien, y de los otros mundos sabe porque camina por ellos. La sacerdotisa no tiene por qué caminar entre mundos, por ejemplo.
      Espero que esto te ayude a entender mi punto de vista.
      Besos,
      H

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