El desarrollo de las habilidades «brujiles» y las redes sociales

Hay gente que dice que uno nace brujo, y otra gente dice que el brujo no nace, sino que se hace. Creo que ambas visiones podrían estar de acuerdo en que las habilidades del brujo, ya se tenga una propensión natural o sean completamente adquiridas, necesitan un desarrollo, un encauzamiento y, sobre todo, una cierta dedicación.

También hay otras habilidades, consideradas más «mundanas» porque están más aceptadas y porque forman parte de la inteligencia social, que hay que desarrollar cuando uno es brujo o bruja. Por ejemplo, tú puedes ser una magnífica tarotista intuitiva, pero si no le dedicas tiempo a cómo dar los mensajes de tus tiradas, puede que no desarrolles las habilidades necesarias de empatía, compasión, comprensión o comunicación para que tus consultantes se vayan contentos con tu interacción. Y por mucho que veas el futuro, si la persona no lo ve claro, no le gusta tu trato o no se fía de ti, no volverá. Por eso digo que las habilidades mágicas, todas ellas, conllevan una dedicación en tiempo: porque conllevan mucho más que el desarrollo de ese psiquismo o de esa capacidad para manifestar.

Ahora bien, en estos tiempos que corren, nos topamos un buen día con Pinterest. A mí me encanta Pinterest porque me gusta cocinar y me inspira mucho para encontrar recetas nuevas con las que experimentar. Para cualquier bruja o brujo, Pinterest puede ser una fuente de inspiración maravillosa: tiradas de tarot, altares, runas, posts sobre cómo se leen las hojas del té… hay una infinidad de opciones. También hay un sentido de la estética en esto de la brujería que se ha generalizado y que, a mí personalmente, me encanta porque es capaz de evocar sentimientos. Todas las redes sociales son un espejo abundante y diverso de lo que tenemos dentro de la comunidad, sobre todo, de sus habilidades y potenciales.

Yo no sé cómo os hace sentir eso a vosotros, pero a mí se me antoja probar todo. Creo que la llegada de las redes sociales, especialmente de plataformas como Instagram y Pinterest, ha convertido a la brujería y sus habilidades asociadas en algo tremendamente atractivo y bonito de ver. Eso hace que me entren ganas de fabricarme mis propias runas (aunque haga años que me hice unas), tallar un panteón entero en madera, pirograbar mis propios platos de pulpo, aprender caligrafía aunque ya tenga la letra bonita, montar altares como una profesional de la decoración de interiores, hacer diositos en pasta de modelar, aprender una nueva forma de hacer scrying, utilizar una baraja de tarot mucho más difícil que la que ya usaba y… bueno, paro, porque la lista es muy larga. Os hacéis a la idea. Y esto que me pasa a mí, le pasa mucha otra gente.

No os digo que no probemos todo esto y más. Yo misma he probado todo lo que os acabo de narrar y no soy «fiel» completamente a ninguna de esas actividades. Aunque he de confesar que tengo varias habilidades que son como mis «especialidades». Ésas son a las que dedico tiempo, suficientes horas para que sean las áreas en las que estoy especializada. Lo demás son sólo proyectos puntuales, actividades que quiero probar para conseguir algo en particular. O bien, también, habilidades en desarrollo.

Creo importante hacer esta distinción, porque me parece que podemos caer en el error de creernos expertos en un área, porque una actividad puntual nos haya quedado como en el ejemplo de turno de Instagram o Pinterest. O porque hayamos leído las runas una vez y la tirada haya sido adecuadamente interpretada. Para que entendáis lo que digo, conozco a una persona que me dijo que se sentía cómodo dando clases de runas por primera vez, a los diez años de haber empezado a estudiarlas y a trabajar con ellas. Otro ejemplo: yo llevo cinco años cocinando y poco menos haciendo brujería de cocina, y no me siento para nada preparada para dar clases. No me considero una experta ni mucho menos. Para mí, la brujería de cocina es de mis habilidades en desarrollo.

Con esto vengo a deciros que sí, que vendrán proyectos y se irán, y es natural que os queráis embarcar en todos, porque se antoja, pero hacen falta muchos años y dedicación para que podáis consideraros expertos en una habilidad asociada tradicionalmente con la brujería. Las personas que publican en redes sociales sus creaciones, muchas veces, tienen talento, han dedicado tiempo, o tienen ambas cosas a sus espaldas. Pero nadie se especializa en dos semanas, ni hay que correr para hacerse «experto» en algo, ni tampoco es obligatorio. Ahora bien, si queréis hacer las cosas muy muy bien, y convertir algo en vuestra práctica favorita, ahí sí, haréis bien en dedicarle mucho tiempo y dedicación, y esfuerzo, porque seguro que merece la pena.

3 thoughts on “El desarrollo de las habilidades «brujiles» y las redes sociales

  1. Es cierto, las personas multiapasionadas siempre estamos aprendiendo cosas nuevas, unas cuajan y otras se quedan en afición pasajera. Pero el camino de crecimiento que nos oferta este interés multidisciplinar es mágico. Un abrazo!

  2. Dame días de 54 horas y me hago experto en varias actividades jaja La redes inspiran mucho pero también frustran y a veces no son muy realistas. En muchas ocasiones detrás de una foto bonita hay una marca o una influencer que vende un producto y que poco tiene de bruja pero eso si molan muuucho 😉

  3. Te entiendo tanto, tanto, creo que muchas veces pensamos igual. Yo llevo 24 años echando las cartas, y es ahora cuando me he animado a cobrar, o a echarselas a personas por internet, 24 años, y esa es la cosa, tiene que haber un trayecto y una experiencia, y aun así muchas veces sientes que no has terminado, que te queda mucho por aprender, que hay una riqueza tan grande, que siempre puedes aprender más.
    Y en cuanto a lo de las redes, yo soy más de instagram, y en mi caso, me gusta visibilizar algunas cosas que hacemos los paganos, o las personas «esotéricas». Yo enseño cosas que hago habitualmente, imagino que hay una serie de cosas muy marcadas que enseño, piedras, cartas, hierbas, mis altares paganos, etc, y me centro en eso, pero es verdad que a veces hay gente que ve las fotos e intenta reproducir lo que haces, o se compra todo lo que tienes, a veces yo tengo cosas por ejemplo en el altar, que son como un símbolo para mí, de lo que hago o de lo que soy, o de algo muy concreto con lo que armonizo, y van corriendo a comprarse ese objeto sin saber que es o por qué lo usas, y es muy raro. Cada uno tiene que encontrar quién es realmente, con qué armoniza, cuales son las ramas en las que especializarse, etc, pero imagino también, que en esta época en que tenemos tal exceso de información, cuando alguien está empezando, quiere todo y lo quiere ya. Nosotros cuando empezamos, parecía como que teníamos toda la vida, e ibamos descubriendo un secretito por aquí y otro por allá y era todo tan mágico y nada abrumador.

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