Crónica del mes en el que devocioné intensamente

372489Hoy quería compartir las conclusiones de un mes de devociones intensivo que he llevado a cabo durante febrero. Sé que no estoy inventando la rueda porque ahí fuera hay gente que ha hecho esto, pero esto no se trata tanto de vuestras reacciones o experiencias sino de las conclusiones que yo extraigo de mi propia experimentación, y también por si a alguien le sirve. No lo he visto publicado por ahí, así que quién sabe si esto le puede venir bien a alguien.

Para comenzar, quería explicar que elegí febrero de 2017 como un mes para hacer devociones diarias a diferentes deidades, una cada día de la semana, en total siete divinidades. Dioses y diosas indistintamente y prácticamente había paridad, con una ligera mayoría de diosas. Lo curioso o que quizá llame la atención a algunos de esta devoción que he realizado es que cada uno de estos dioses pertenecía a un panteón diferente. No voy a entrar mucho en lo que venía siendo la devoción ni los dioses a los que adoré, sino que me gustaría centrarme en lo que ha supuesto para mí. Y ha sido lo siguiente:

  • En primer lugar, lo he hecho en febrero porque tiene 28 días y eso me daba cuatro semanas para repetir el ciclo de siete divinidades y no adorar a uno por encima de otro. Me gusta la idea de empezar cuando se empieza el mes y terminar cuando se termina, quizá porque soy así de cuadriculada. Esto es un poco como el que empieza las dietas un lunes o en día uno del mes. En realidad no tiene importancia, es una forma de organizarse, simplemente.
  • Me apunté en mi agenda qué dios tocaba cada día, y cada día de la semana tenía un sentido en particular relacionado con el dios o la diosa al que le iba a hacer la devoción. Es decir, que no he venerado por ejemplo a Shivá en un jueves porque no creo que le pegue mucho, teniendo en cuenta el dios en sí y a sus símbolos.
  • Por si alguien se lo pregunta, no, no he buscado tener algo a cambio de este intensivo de devociones. Sólo quería conectar con una Divinidad en particular durante un día, ponerme «el sombrero de ese dios o esa diosa» durante un día completo y ése era el objetivo. Si la Divinidad quiere mandarme algo como muestra de cariño, estoy abierta a cualquier cosa que pueda hacerme feliz, pero lo he hecho por amistad y celebración principalmente.
  • Los dioses los he elegido con mucha cabeza. Me llevé un par de meses pensándolo antes de hacerlo, eligiendo no sólo los días como ya decía, sino el por qué creía yo que esa divinidad y su actitud podía aportar algo positivo a mi vida. También estuve pensando en las interacciones entre ellos, que fueran compatibles dentro de mi ser como devota. No quería causar demasiada confusión en mí misma.
  • El hecho de que haya sido a dioses de distintos panteones ha sido muy curioso porque a mí me encanta probar cosas nuevas y en mi práctica soy bastante ecléctica últimamente, pero comprendo que puede ser bastante confuso para gente que no quiera celebrar diferentes panteones o que tenga otra forma de pensar. De todas formas, creo que se puede adaptar para las necesidades de cada uno, desde devocionar a dioses del mismo panteón hasta trabajar diferentes virtudes, cada una en un día de la semana. Como esto es muy personal, lo dejo ahí por si a alguien le sirve. También, a día de hoy, 1 de marzo, no me ha caído un rayo por mezclar panteones. Sigo viva y coleando porque dicen que bicho malo nunca muere.
  • No me he saltado la devoción ningún día, pero he de decir que las dos últimas semanas se me han hecho cuesta arriba. Las dos primeras semanas fueron muy fáciles, pero cuando juntas dos o tres días con algo de prisa por alguna razón, es fácil que la consistencia en la práctica se vaya diluyendo. Para mí ha sido importante intentar retomar el control para no perder esa disciplina paulatinamente. Creo que esto es aplicable a casi cualquier devoción diaria que tenga un carácter activo, quiero decir, que no sea simplemente encender una vela y ya está, sino que trate de integrar esa energía en la vida de uno.
  • Y sí, esto genera mucha disciplina y requiere una buena cantidad de ella.
  • Ha sido muy diferente realizar esto de las devociones a las que estoy acostumbrada. Y ya ni cuento lo diferente que es de realizar un ritual wiccano correlliano o de la FOI. Totalmente distinto. Por cierto, por si alguien se lo pregunta: no, esto no es Wicca.
  • La parte más difícil ha sido integrar esto con una vida espiritual que últimamente está siendo muy intensa. A veces notaba que me tocaba por ejemplo una sintonización que me movía mucho internamente, o que el eclipse de turno me tenía loca, o que la runa con la que estaba trabajando en el curso que estoy haciendo me tocaba la fibra sensible, y a la vez necesitaba tener un rol activo por la devoción que estaba haciendo. A pesar de que no he movido energía de manera mágica, sí he hecho mucho trabajo interno y han salido cosas a la luz que creo que no habría podido ver si no hubiera contado con ayuda divina. Pero lo bueno de esto es que hay un momento para cada cosa y al final saco que los dioses siempre encuentran la forma de integrarse de forma armónica a nuestra vida.
  • En cierto modo me ha enseñado a conectar con diferentes energías de orígenes distintos para poder dar de manera más fácil mensajes que son entregados en diferentes «idiomas» cuando hago de oráculo. Nótese que lo pongo entre comillas porque no creo que sean idiomas en el sentido humano de la palabra, pero sí considero que como oráculos (y esto lo he visto en algunos de mis estudiantes de tercer grado), al bajar una divinidad y hablar por ella puede que conectemos con una forma de pensar un poco diferente y que cuando estamos entregando el mensaje es posible que no encontremos las palabras adecuadas. Personalmente, no tengo muchos problemas para entregar mensajes, pero esta experiencia me ha permitido poder experimentar de primera mano que podrían existir matices en cómo se comunican las diferentes divinidades, y me acerca mucho a las personas que pueden tener un poco más de dificultad para realizar estas funciones, o bien que las están aprendiendo. En definitiva, es un ejercicio de empatía.
  • Energéticamente también he notado que había dioses y diosas de fuera de la devoción que se me acercaban. Ha sido como «Hola, ¿es aquí donde hacen devociones gratis?». Puede que también haya sido yo, que ya me ha dado por experimentar y quería hacerlo a lo grande. Vete tú a saber. Pero por hoy voy a dejarlo aquí (en realidad no: este mes voy a hacer novenas a mis diosas patronas porque no tengo remedio y me van las emociones fuertes – y se lo he prometido a Morrigan).

Creo que eso es todo lo que saco ahora mismo en claro de esto. Ha sido todo un reto, muy entretenido y que ha exigido dedicación. No lo recomiendo para principiantes, porque puede ser lioso a ratos, pero sí si tienes ganas de algo nuevo mientras desarrollas tu auto-disciplina, o si estás cansado de hacer siempre las mismas devociones diarias. Eso sí, no lo recomendaría para más de un mes o incluso lo recomendaría para una o dos semanas máximo para empezar. Y siempre, siempre adaptado a uno mismo, a las necesidades y siendo realista, sabiendo qué vas a hacer, hasta dónde puedes dar y por qué.

4 thoughts on “Crónica del mes en el que devocioné intensamente

  1. Excelente, leer este tipo de experiencias te llevan a analizar muchas cosas. Encuentro que esto me ha caído justo al dedo, porque últimamente he cuestionado mi disciplina, como dice a veces el día a día arropa demasiado y ya por ahí o hacemos la cosas a mil o no hacemos nada.

    Este año me había planificado en mi Bullet Journal práctico mágico, pero no para completar un calendario y terminar diciendo si, lo llene, sino para auto analizarme, reforzar mis estudios, mis practicas diarias y claro debilidades, y leer este articulo no solo te motiva, sino que te enseña, por lo menos así lo veo yo, por lo que solo diré GRACIAS.

    Siempre es grato leerte querida Harwe, besotes y BENDICIONES!

  2. Sale saludos a Morrighan de mi parte,que hace tiempo que no quedamos.

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