La triste realidad del radicalismo religioso

_80443102_statueexpsni2Hace unos días salía a la palestra otro ejemplo de radicalismo religioso que, tristemente y salvo por las órdenes druidas que han hecho todo lo posible por darlo a conocer, apenas ha logrado calar en la comunidad pagana en general. Se trata del robo de la estatua de Manannan Mac Lir, una deidad de los mares irlandesa a la que se había puesto una efigie en Derry, Irlanda del Norte, hacía algo más de un año. El crimen fue presuntamente perpetrado por radicales, ya que, tras ser arrancada de raíz de su pedestal, los criminales pusieron en su lugar una cruz de madera con la frase «No tendrás dioses ajenos ante mí» («Thou shalt have no other gods before me» en inglés), texto perteneciente a uno de los 10 mandamientos.  La estatua estaba realizada en fibra de vidrio y acero inoxidable, en contraste con las que se realizan en bronce, y por tanto el interés en su robo no era por los materiales en los que estaba realizada, de acuerdo con las autoridades locales.

Lo primero que me vino a la cabeza cuando leí la noticia es que, afortunadamente, no había habido víctimas físicas esta vez. Aunque sí víctimas ideológicas y de otra índole, por supuesto. Para empezar, las muchísimas personas que utilizan el panteón irlandés para su cultos, siguiendo por los muchos turistas que acudían a ese punto de la ciudad de Derry a ver la estatua, que se había hecho famosa desde que se instaló en aquel punto. El radicalismo religioso es un tema en auge en estos momentos en nuestra sociedad y, como paganos, no podemos simplemente ignorarlo. También nos va a tocar a nosotros. Desde la creciente islamofobia debido a los atentados en Francia de hace unas semanas, todo el mundo se está radicalizando. Todo el mundo empieza a ver al que es diferente con unos ojos distintos.

No somos una excepción a este estado de shock que estamos viviendo. Frecuento mucho un foro en el que normalmente charlamos de muchas cosas relacionadas con la Wicca. Se escribieron unos cuantos mensajes por lo de Charlie Hebdo, la gente dio su opinión, no pasó nada, todo el mundo muy civilizado. Siempre me he sentido muy en casa en ese foro, la gente siempre ha tenido sus piques, pero nunca ha ido más allá. Desde que practico Wicca llevo viendo hasta la saciedad mensajes de gente metiéndose con las religiones monoteístas clásicas en la comunidad pagana por el simple hecho de no estar de acuerdo con ellas, por ser conversos de ellas, pero cuando crecen se dan cuenta de que meterse con otras religiones no conduce a nada y que, de hecho, no les hace mejores paganos. Ellos pueden creer en cosas diferentes, pero son personas igual que nosotros. Y en este momento todos tenemos mucha incertidumbre por lo que está sucediendo en el mundo. Es completamente normal. Es humano.

He tenido que aprender a ignorar a los radicales de mi propia comunidad, hasta que el mensaje ha ido más allá. Para mi sorpresa, ese sitio (y otros) que yo pensaba que estaba lleno de gente normal se ha llenado de mensajes anti-religiones de libro. He leído por ahí incluso a gente que abogaba por establecer «mandamientos» dentro de las fes paganas. Se han apropiado del discurso de la destrucción de religiones, del discurso de «somos mejores, estábamos primero y no vamos haciendo daño a nadie, se merecen un castigo por tomar lo que no deben». ¡Y todo esto sin que nadie comentara nada del robo de la estatua, sólo por el hecho de que se odia a otra religión! Es decir, que hemos estado tan inmersos en ese odio que ni siquiera nos hemos dado cuenta de cuándo se podría haber estado siendo atacado a nivel de comunidad, pero claro, se les odia por el mero hecho de existir, no porque dos o tres individuos hayan cometido un crimen. Bonita forma de mirarse el ombligo.

Y ahora volviendo al tema, puede que dos o tres personas hayan robado un Manannan Mac Lir, pero eso no significa que mañana el Papa vaya a decir que somos unos idólatras y que merecemos ver quemadas todas nuestras estatuas. Dos o tres o cuatro personas no hacen una religión de miles de millones de creyentes. El mundo ha cambiado, y no podemos seguir viviendo en la época de las hogueras, en la que nos refugiamos para sacar a flote todo nuestro odio. No podemos seguir viéndonos como mártires porque, perdonadme por lo que voy a decir, jamás los neopaganos hemos sido los quemados en esas hogueras inquisitoriales. Las brujas de antaño no éramos nosotros. No somos herederos de ninguna de ellas, por mucho que algunos se empeñen en demostrar su linaje. Las brujas de antaño a las que quemaban eran, en su inmensa mayoría, personas normales a las que convenía matar por parte de dos o tres hacendados ricos que querían más tierras.

Lo que quiero decir con esto es que, ha pasado lo de Charlie Hebdo, ha pasado lo de Manannan Mac Lir, y pasarán muchas cosas relacionadas con el odio interreligioso, pero esto no justifica el tinte ya grosero que está tomando la radicalización de nuestras fes en las últimas semanas. No vamos a poder combatir a radicales con más radicalismo. Creo que se está perdiendo el Norte, porque lo estamos perdiendo la mayoría de las religiones del planeta debido a toda esa incertidumbre. Pensemos un poco. Confiemos en las leyes y, si no nos gustan las leyes, cambiemos a los dirigentes porque todavía tenemos ese poder. Pero no sigamos con el discurso de «somos mejores» que tanto de moda se ha puesto, porque no lo somos. Tengamos en mente que una sola persona no hace a todo un colectivo, que en esos grupos hay gente honesta y honrada que viven su religión de forma pacífica. Al final todos queremos lo mismo: alimento, un hogar, una seguridad, un día soleado en el que poder tomarse una bebida fresca, y un día de lluvia en el que tomarse algo caliente. Apostemos por el diálogo interreligioso y no por el odio. Y confiemos en que los criminales de Manannan Mac Lir recibirán su merecido, igual que los de Charlie Hebdo, igual que los muchos que incitan a otras personas a embarcarse en absurdas guerras santas que sólo llevan a un mismo destino.

¿El enemigo? Su sentido del honor no era menor que el tuyo, juzgo. Te preguntas cuál es su nombre, de dónde viene, y si realmente era malvado en su corazón. Qué clase de mentiras o amenazas le llevaron a alejarse de su casa, y por qué no preferiría haberse quedado en ella… en paz. La guerra hará cadáveres de todos nosotros.

– Faramir a Frodo, en la película «Las dos torres», basada en la novela homónima de la saga de «El señor de los anillos», de J.R.R. Tolkien.

Para más información sobre el robo de la estatua: http://www.bbc.com/news/uk-northern-ireland-30919259

Si os interesa el diálogo interreligioso y queréis hacer algo por alejarnos de radicalismos, os recomiendo URI: https://www.uri.org/spanish

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