La Tradición Correlliana y su sentido público

Esta mañana he conocido a una chica de mi ciudad con la que he mantenido una conversación muy interesante que ha acabado durando cuatro horas (gracias por el rato, me lo he pasado genial). Entre otros temas hemos tocado el concepto «público» de la Tradición Correlliana. Mucho se dice acerca del sentido público de la Tradición Correlliana, ya que normalmente se define a mi tradición como una vía muy centrada en el aspecto público de la fe, muy orientada a la comunidad y a la faceta más expuesta. Ella me ha hecho una pregunta que me hacen con mucha frecuencia, y es si estamos obligados a ser «personas públicas» sólo por el hecho de ser iniciados correllianos. Como es una pregunta tan frecuente me he decidido a hablar un poco de ello y contaros de primera mano cuáles son las elecciones que pasan por la cabeza de algunos correllianos a este respecto cuando se inician.

Primero de todo, trabajar para la comunidad no significa convertirse en «personas públicas». Di una pista de esto en la entrada justamente anterior a ésta, pues comenté que en realidad lo que hacemos tiene muy poca relevancia para el público en general. Que un pagano sea conocido en su ámbito no significa que sea famoso. Si nos ponemos a pensar en gente muy conocida porque son autores, por ejemplo Z Budapest, Starhawk o Ray Buckland, no creo que sus vidas hayan salido en el Hola nunca. Una celebridad en mi país puede ser Isabel Pantoja y por eso sale en los programas del corazón, en cambio a los autores ligados al Paganismo jamás los veréis en ese tipo de programas. Por tanto, siguen siendo personas privadas, porque tienen interés para un público específico pero no para el público en general. No atraen atención mediática precisamente por lo mismo. En cualquier caso, el derecho a la intimidad y demás derechos fundamentales que, lamentablemente, en el caso de algunas celebrities pueden verse mermados por su posición mediática, no sufren alteraciones si una persona se dedica a hacer trabajo por la comunidad. Si esto sucediera, en mi humilde opinión y sin ser experta en Derecho, creo que se podría perfectamente acudir a un abogado si se diera el caso. También creo que esto es aplicable a cualquier Tradición.

Así pues, sabiendo que no pasa nada por trabajar para la comunidad porque tus derechos como persona privada (en la Constitución Española es el Título 1) los sigues manteniendo, lo único que queda es hacer la elección. Y sí, hay elección porque siempre la hay.

Cuando te inicias creo que es importante pensar qué se te da bien o te gusta. A mí me gusta escribir, a otras personas les gusta la artesanía, pintar, bordar, componer música, echar las cartas, enseñar a otros o sanar con terapias alternativas. Siempre he pensado que lo que debe importar es lo que te guste hacer y no tanto el papel que pienses que «te toque» desempeñar. Los papeles vienen y van, la vida da muchas vueltas y hoy se está aquí y mañana se está allí, pero lo que queda eres tú. Puede que no te guste estar en una posición expuesta y es total y completamente normal, depende de tus preferencias y de tus gustos. En mi Tradición nadie te obliga a estar en público, nadie te obliga a escribir y nadie te obliga a enseñar a otros. Es una elección personal. Cierto es que muchos optamos por la escritura porque creo que a los paganos nos gusta leer y por tanto también puede que nos guste escribir, pero no es obligatorio ni de lejos. Precisamente en Segundo Grado se enseñan muchas cosas diferentes, pues se trata de que la persona vaya decidiendo qué quiere hacer, si es que quiere centrarse o especializarse en algo.

En cuanto a los terceros grados, es cierto que los materiales de estudio dicen que estamos expuestos a la comunidad. Estar expuesto significa que puede que te lleguen más preguntas de las que te llegaban antes, gente que quiere saber determinadas cosas y por eso te preguntan, pero no significa que seas una celebrity. Ni siquiera que «tengas» que trabajar para la comunidad. Puedes estar en tu casa muy feliz haciendo punto, por ejemplo.

Ser iniciado tampoco implica montar Santuarios, ni Templos, ni grupos de estudio, ni dar clases, ni nada de nada. Si organizas tu «chiringuito», estupendo, pero si no lo haces no te van a echar de la Tradición ni te van a mirar mal. Hay terceros grados que trabajan en Templos ya formados perfectamente, incluso teniendo puestos de relevancia dentro de los mismos aunque haya un Cabeza de Templo. Por ejemplo, en el Templo de Sedna de Reino Unido creo recordar que había un Tercer Grado que era el oficial de rituales y se encargaba del diseño y organización de rituales únicamente, un trabajo de por sí ya lo suficientemente grande.

Y por último, también se puede ser iniciado correlliano, solitario y feliz. Yo misma lo fui desde 2004 hasta 2011. Hice trabajo por la comunidad durante un tiempo y luego me dediqué a vivir mi fe de forma privada, y en ningún momento sentí presión por parte de las Cabezas de la Tradición para que me dedicara a escribir o a traducir materiales. Me parece que fue más bien una cosa que fue desarrollándose sola.

Espero haber resuelto vuestras dudas. 🙂