Éste es un blog personal

Una entrada con un título muy descriptivo, ¿verdad? Pero es que es verdad, éste es un blog personal. ¡Es mi blog! Y como la que escribe estas líneas es una persona, podemos inferir entonces que se trata efectivamente de un blog personal. Soy consciente de que hay gente que me lee, incluso hay gente que me comparte, y desde aquí mando un beso y agradezco a quienes lo hacen por vuestro apoyo. No obstante, espero que seáis conscientes de que éste es un blog personal y que lo escribo principalmente para mí y con mis pensamientos.

Llevo unos días pensando en lo que hay de mí en este blog. En lo que he cambiado y en lo que eso se ha reflejado en mi forma de escribir. De hecho el otro día se lo decía a unos amigos/compañeros de sendero/hermanos de tradición mientras tomábamos algo juntos aprovechando las vacaciones. En el pasado presenté mi discurso de una forma muy categórica pero jamás de los jamases dije «esto es un blog personal», lo que hacía que mi palabra pareciera escrita como palabra de los dioses. Esto me trajo muchos quebraderos de cabeza con los demás: gente que decía que cómo me atrevía a definir X o Y, o a categorizar Z o B que era su práctica espiritual. Tenían razón y yo estaba equivocada. Pero sobre todo los quebraderos de cabeza los tuve conmigo misma. ¿Por qué? Pues porque con el tiempo cambié de opinión al respecto de muchas cosas.

Veo eso mismo en otras personas con blogs y vlogs. Dicen que la gente no cambia, dicen que la gente no se modifica. No sé, a veces estoy de acuerdo con esa afirmación y a veces no. Unas veces creo que nadie va a cambiar pero luego veo lo que hace este camino y digo «ahí va, pues sí que cambia», y no sólo de ideas sino también de actitud. Darse cuenta de determinadas actitudes de uno mismo, por ejemplo, de cuándo se está metiendo la pata o está entrando en una espiral un poco más autodestructiva de lo normal, es una de esas cosas que te pueden pasar cuando caminas un sendero. Llámalo wicca, llámalo druidismo, llámalo x, el que tú hayas elegido.

La idea detrás de cualquier blog es compartir el camino. Hay personas, como yo, a las que les cuesta muchísimo compartir de forma hablada y en cambio se sienten cómodas compartiendo mediante la escritura y por eso se hacen blogs. Dan su opinión en público y ya está, y no significa que pensemos que tengamos razón o que lo sepamos todo. En el mundo de la Wicca, con lo cambiante que es, sabemos menos todavía: hoy se acuerda que no se pueden combinar panteones y mañana sale un artículo diciendo que por qué no se combinan, de pronto se convierte en la pera limonera y el último grito en la práctica de la religión (ya hay escrito un artículo sobre ese tema aquí: http://www.patheos.com/blogs/allergicpagan/2014/04/10/in-defense-of-an-eclectic-pantheon/)

Con este maremágnum de cambios, lo único que nos queda a los paganos actuales es ser adaptables, creo yo. De ahí que no sea la única en reconocer que con el tiempo se cambia, a pesar de la aparente permanencia de la palabra escrita y de lo que parezca que algunos nos aferramos a las defensas de las cosas en las que creemos, que son igual de mutables que nosotros mismos. Pero esa permanencia de la palabra escrita, en estos mundos rápidos de internet, no es más que una ilusión. En realidad es tan poco permanente como darle a «cerrar blog» en el panel de control de WordPress. Antaño, cuando escribir no estaba al alcance de tanta gente, parecía que las ideas fueran mucho más permanentes. Sin embargo, repaso la Historia y recuerdo a Wittgenstein, y me doy cuenta de que no estamos tan locos al pensar que se puede cambiar. Hasta gente muy importante, influyente y grande, con pensamientos muy grandes e influyentes (como Wittgenstein), lo hicieron. Los blogueros paganos sólo somos una comunidad encabezonada en hacer cuadernos de bitácora de cosas que parecen importantes y en realidad tienen poca o nula relevancia social. Intentando encontrar una voz en mitad del desierto que nos recuerde que estamos recorriendo un camino, e intentando no caer en convertirse en «palabra de los dioses». Por eso 13 lunas es un «blog personal».

Para Tiné.

2 thoughts on “Éste es un blog personal

  1. Recuerdo que uno de mis mentores me ha dicho: «no hay nada más constante que el cambio.»

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